El Sambuca, una historia anisada 

(Foto di scomorokh [at] scienceofdrink.com - http://www.scienceofdrink.com/category/sambuca/langswitch_lang/ru/, Copyrighted free use, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8165503)

Querido lector, estoy segura de que usted ha saboreado ese licor anisado cuya peculiar forma de servir llama poderosamente la atención. Se hizo conocido en todo el mundo a partir de 1945 cuando la casa Molinari vio el potencial comercial que tenía su producto.

Imagínese la Italia de postguerra – finales de los 40 y los 50- comienza la reconstrucción de la vida de los italianos golpeada por bombardeos, escasez, racionamientos, restricciones y demás penurias. Piano piano si va lontano reza el dicho y la Bota lo adopta con fervor. Se comienza a imponer una nueva forma de vivir: La dolce vita, con sustento en la filosofía del italianísimo Dolce far niente.

En la Roma de 1945, inmersa en esta atmósfera de esperanza y hedonismo, se gesta la idea de exportar y ofrecer al mundo este licor que había sido creado circa 1850 por Angelo Molinari;  de esta forma comienza su expansión por todo el planeta.

Sin embargo, su origen no es romano: su historia comienza en Isquia, la isla más conocida del archipiélago campano que se ubica en el Golfo de Nápoles. Luigi Manzi, que había vivido en Addis Adeba- la Etiopía italiana- regresó a la isla con la idea de crear un licor especiado con propiedades medicinales y digestivas. La base fue el anís verde, con flor del sambuco (sáuco en español) e hinojo todo marinado en alcohol. De allí viene su nombre (aunque hay otras teorías, pero la más arraigada es esta).

Manzi no tuvo la visión de expandir su producto (en realidad en 1850 corrían otros tiempos más precarios y convulsos) así que, erróneamente se atribuye su origen al romano Molinari quien había trabajado con Manzi y decidió separarse para preparar su propio Sambuca pero modificando la receta original: usó anís estrellado y eliminó la flor del sáuco.

(Flor de sambuco. Foto di VinaConstanze da Pixabay)

En Italia el Sambuca se pide con “moscas adentro”; no se alarme, no son más que los granos de café que flotan en la superficie. Se cuenta que durante la filmación de La dolce vita, Fellini y los actores se sentaban en un bar a conversar; un día al ver el licor servido con los granos, uno de ellos gritó: C’È UNA MOSCA!  (¡Hay una mosca! – pronunciado “che una mosca”) expresión que quedó para la posteridad. El flambeado sirve para que los granos suelten su aroma en el espeso líquido.

Querido lector, en esta oportunidad, lo invito a dirigirse a la cuna del Sambuca. Aterrice en Nápoles y luego de comer una pizza en alguna de sus más de 8.000 pizzerías, prepárese para cruzar el golfo y desembarcar en Isquia. Hay varias maneras de ir, pero la más corta y simpática es tomar un aliscafo desde el puerto de Nápoles. Al llegar, pasee, conozca, maravíllese con sus playas, termas, y demás atractivos y finalice en el Borgo di Sant’Angelo, típica aldea medieval mediterránea con casas coloradas y paseos peatonales. Siéntese en una trattoria, coma algo apetitoso y digiera todo con un rico Sambuca. Eso sí, mi raccomando! (le aconsejo), pídala con las moscas y flambeado para añadirle ese toque mágico que le dan los granos de café. Deberían ser siete “moscas” ya que representan las siete colinas de Roma, la más famosa para nosotros, el Monte Sacro, donde se selló la idea de independizar América con el juramento de nuestro Simón Bolívar.

Buona passeggiata, buon appetito e cin cin!

Lascia un commento