Bistecca alla Fiorentina, no apta para vegetarianos

(Foto di akiragiulia da Pixabay)

Sin ser de origen noble, los Medici tuvieron gran poder sobre Florencia durante 300 años (desde el siglo XV al XVII), gracias a su riqueza e influencias. La familia abandonó la actividad agrícola en su ciudad de origen, Mugello (noroeste de Florencia) y se estableció en Firenze para dedicarse a la banca gracias a la cual alcanzó gran poder económico que tuvo tal impacto que hasta cambió el curso de la historia mundial.

El Renacimiento se debe en gran parte a la familia Medici y sobre todo a Lorenzo de Medici (más conocido como Lorenzo el Magnífico) debido a los mecenazgos que otorgaron a grandes artistas que producían sin parar obras que aún hoy, son admiradas por el mundo entero. Atrás quedaba la era oscurantista del Medioevo y comenzaba la época del esplendor humanista.

Los Medici sabían que para conservar su poderío debían también contar con el apoyo de los ciudadanos comunes y no solo de las clases pudientes. Por ello, durante las festividades de San Lorenzo, los 10 de agosto, mandaban a asar grandes pedazos de carne en una enorme fogata para repartirlas a todo el que se acercara y de allí nace el plato emblema de Florencia: la bistecca alla Fiorentina. Se dice (pero no a ciencia cierta) que fueron unos ingleses que estando en dichas fiestas pedían a gritos más beef steaks lo que derivó en bistecca.

Es “obligatorio” que en su paso por la bella Florencia, pruebe esta preparación para rememorar aquellos tiempos lejanos en los que la ciudad fue la cuna del Renacimiento. Sin embargo, usted debe ser amante de la carne porque dicha bistecca no es más que un trozo de carne que pesa entre 800 y 1200 gramos, debe tener una altura de 5 cm, viene de la parte trasera del lomo de un novillo y guarda su hueso en forma de T (por eso la versión estadounidense es llamada T-bone).

 

(Foto di Smiling Pixell da Pixabay)

 

Es necesario que la pieza recién cortada repose por hasta 20 días en una cámara refrigerada para lograr la suavidad de las fibras. La cocción es ligera y sobre las brasas: solo 3 a 5 minutos por lado para que quede rosada y jugosa.

Querido lector, obviamente hoy le aconsejo que se dé una vuelta por Florencia: le recomiendo que llegue en carro ya que el paseo por las verdes colinas que circundan la ciudad es relajante y de una hermosura extrema. Luego de recorrerlas, llegará finalmente a la Atenas de Italia (como también se le conoce) que sirve de morada para casi 400.000 habitantes.

Si nunca ha ido, camine por sus sitios emblemáticos para que admire su singular arquitectura de mármoles blancos, verdes y rosados, su Centro Histórico, sus museos, sus plazas, el Pontevecchio, su Duomo (catedral) y demás atracciones centenarias. Le recomiendo que vaya en invierno, primavera u otoño ya que, aparte de que en verano las temperaturas son muy elevadas, la cantidad de turistas es abrumadora y entorpecedora.

Luego de alimentar su alma, debe nutrir su cuerpo: busque algún restaurante que no sea turístico, sino más bien un auténtico fiorentino de esos regentados por varias generaciones de una familia y pida una bistecca alla fiorentina acompañada de fagioli al fiasco, que son el típico contorno para ella (caraotas cocinadas en un frasco de vidrio). Eso sí, pida la carne bien jugosa, no se le ocurra decir que la quiere bien cocida: ¡corre el riesgo de que lo insulten y lo boten del lugar!

Buon appetito!