Tras las huellas de Vittorio Sermonti (II)

Dante

Los lenguajes de Dante: Desde lo más llano a lo más alto del intelecto humano

Dedicado a nuestra María Grazia Sabino Calandra, quien en vida fue de mi hija Mariana: amiga, alma gemela y hermana y que, ahora desde el más puro de los Cielos la cuida porque se transformó en su Ángel de la Guarda.

En nuestra entrega anterior habíamos comenzado a profundizar en las formas de abordar la Divina Comedia (DC), estableciendo algunas claves de lectura sugeridas, ahora en esta segunda entrega profundizaremos aún más en la forma de interpretarla.

Para comenzar a entender este fenómeno, podríamos iniciar con la llamada epístola 13, atribuida al poeta. Esta carta es una especie de documento testamentario donde le dedica10: “Al magnifico e vittorioso signore, signor Can Grande della Scala, Vicario generale del Santissimo Impero Cesareo nella città di Verona” la tercera cántica (Paraíso) de su poema.

El mismo Dante nos confiesa que cuando se quiere ofrecer una introducción explicativa de la obra doctrinal de un escritor, es necesario suministrar algunas noticias sobre la producción integral de la misma; para él son seis los aspectos a considerar, sobre todo cuando se trata de una obra tan erudita: El tema, el autor, la forma expositiva, el objeto, el título del libro y el género de su doctrina.

Dante manifiesta en dicha carta, al igual que lo indica en el II libro del Convivio6, que su obra es polisémica, siendo el primer significado el que se obtiene de la “lectura a la letra”, es decir su significado literal o histórico, mientras que el otro se obtiene de una lectura que profundiza en el significado. En otras palabras decir una cosa para significar también otra y que definimos como Alegoría. De hecho, alegórico deriva del griego Alleon que, en latín, se pronuncia alienum, que significa diverso. VS profundizando aún más en esta discusión indica que la alegoría no es más que una metáfora prolongada y la DC figura en su conjunto como una macro alegoría que contiene un enjambre de micro alegorías, algo así como una gran caja china de metáforas.

En todo caso, la alegoría se divide en dos distintos géneros: la de los poetas y la de los teólogos, esta última tiene como prerrogativa la de esconder ulteriores verdades espirituales bajo la narración de historias realmente acaecidas, así como el poeta-peregrino mismo nos lo confiesa: Pero ahora no puedo callarme y te juro, ¡oh, lector!, por los versos de esta comedia a la que deseo la mayor aceptación, que vi venir nadando por el aire denso y oscuro una figura que causaría espanto al corazón más entero (Infierno XVI, 127-132)4

La lectura de la Divina Comedia debe hacerse entonces interpretándola primeramente desde el punto de vista literal que nos enseña los hechos, luego de la cual la interpretación alegórica inicial que nos devela lo que debemos creer, para después debemos entender el sentido moral y en consecuencia proceder para finalmente profundizar en el sentido anagógico que es hacia donde hemos de tender.

El ejemplo que utiliza Dante para aclararle este concepto a Cangrande así como en el Convivio7, bien podemos recordarlo para dilucidarlo también nosotros. Son los versos 43-48 del segundo canto del Purgatorio cuando describe los espíritus purgantes montándose en la nave del ángel barquero mientras cantaban el primer verso del Salmo CXIII, donde el significado literal es justamente la liberación (el éxodo) del pueblo de Israel del poder de Egipto.

Mientras que el significado alegórico sería más bien nuestra redención gracias a Cristo. Si vemos el sentido moral, entendemos que se trata de la conversión del alma del luto y la miseria del pecado hacia el estado de gracia. Finalmente el sentido anagógico tiene que ver con la liberación de las almas santas de servir a la corrupción terrena hacia la libertad de la gloria eterna.

En este sentido, VS indica que esas interpretaciones “veladas” no tienen nada de erudito o esotérico, y que más bien son coherentes con la sustancia de la fe que Dante compartía con el pueblo cristiano, Dante era católico. Esto da pie para que VS nos recuerde como sobre la DC se han redactado cientos de miles de escritos entre libros, ensayos, artículos, diccionarios, compendios de notas y más, mucho más. La DC contiene, pasajes, versos, adjetivos, pronombres, puntos y comas, y que para cada uno de ellos a lo largo de 700 años se han vertido innumerables litros de tinta en una multitud de versiones y de interpretaciones perfectamente inconciliables entre ellas. Solo por dar uno de los incontables ejemplos podemos mencionar el desacuerdo que existe a la hora de interpretar el terceto 100-102 del canto V del Purgatorio: “Quivi perdei la vista e la parola;/nel nome di Maria fini’, e quivi/caddi, e rimase la mia carne sola…”. Un acalorado debate se sostiene para determinar dónde cae la pausa (agrega VS que de hecho las comas de Dante nunca nadie las ha visto). Si la coma la colocamos después de la palabra: vista, entonces la lectura sería algo así como: Allí perdí la vista, y mi última palabra fue el nombre de María4. Si en cambio lo leemos con el punto y coma al final de la palabra: parola, el sentido sería: un malestar mortal me apaño la vista y perdí la palabra; me apagué en el nombre de María7.

El libro, en su conjunto, ha sido leído y rubricado como una visión estática, como una novela teológica de un cualquier cristiano, una epopeya alegórica-didáctica, una recopilación de axiomas de las ciencias ocultas, un compendio de la liturgia pascual, el manifiesto en clave de una secta iniciática y cuantas hipótesis y teorías pueda uno imaginar; pero también ha sido interpretada como la charlatanería de un herético quisquilloso, como una sagrada escritura, una especie de quinta teología11. Es más que legítima la sospecha que muchas de esas lecturas hayan sobrepuesto a la DC un sedimento de significados secundarios, terciarios y cuaternarios que el mismo Dante ignoraba, y que muchos menos entendería. Por eso, VS nos sugiere tener la máxima prudencia a la hora de interpretar la obra, especialmente al inicio de un viaje que parece casi interminable, aconsejando estar, en los límites de lo posible, dentro de la fábula que se narra y luego de varias lecturas tratar de entender lo que el mismo Poeta-Peregrino nos advierte cuando llegamos a la misma entrada de la ciudad de Dite

¡ Oh, los que sois de entendimiento sano,

comprended la doctrina que se encierra

de mi velado verso en el arcano! (Infierno IX, 61-63)1

Tan compleja es esta obra que Dante Alighieri en su carta-dedicatoria se ve obligado a explicar también la dúplice forma de su escrito. Es decir, la forma del tratado en sí y la forma de tratarla. La forma del poema es triple, siguiendo una triple división. La primera división es aquella por la cual la Comedia viene dividida en tres cánticas; la segunda es aquella en la cual cada Cántica se divide en cantos (Infierno1+33, Purgatorio 33 y Paraíso 33); la tercera es aquella por la cual cada canto se divide en versos.

Versos ordenados en estrofas denominadas tercetos endecasílabos encadenados o dantescos (33 sílabas por estrofa), un invento de Dante Alighieri para escribir específicamente la DC. Son tres versos endecasílabos que riman según un esquema del tipo de rima infinita, es decir, ABA, BCB, CDC, DED y así continuaría en eterno si no fuera porque cada canto concluye en un verso aislado para poder cerrarlo. VS introduce la pregunta-afirmación de si esta original estructura no aluda de alguna manera al mismo concepto de la ¿¡eternidad!?, y yo agrego si realmente esto no es lo que tenía en mente Dante cuando estructuró su Poema en 100 cantos, ya que al dividir 100 entre 3 nos da un número infinito de 33,333333333333333…!?!.

 

Es creencia general que en el número 3 (tres) la unidad de Dios vive en eterno el acto de la creación. Dante lo afirma en su libro la Vita Nova, cuando escribió que el factor por sí mismo de los milagros es el número tres. De hecho Beatriz representa el nueve, cuya raíz es solamente la admirable Trinidad. Dante estaba convencido que en los múltiplos de tres, el Creador uno y trino se manifestaba misteriosamente a sus creaturas.

Recuerdo que en el taller dictado en Maracay en el 2015, uno de los capítulos fue dedicado al análisis numerológico que el dantista Franco Nembrini (quien estuvo en Venezuela en el 2017) realizó con cada canto. Una compleja interpretación, que aún debe ser profundizada, pero que no deja de sorprendernos.

El profesor Nembrini toma el número de versos de cada canto y suma sus dígitos. Por ejemplo el tercer canto del Infierno tiene 136 versos, que sumando sus dígitos hace 10, mientras que el XXIV del Infierno tiene 151 versos que sumando sus dígitos da 7, y así suma todos los 100 cantos de la DC, obteniendo solamente cuatro números: 4, 7, 10 y 13, y según una disposición espacial el logra obtener la representación de la cruz cristiana en cada uno de los mundos de ultratumba en una disposición determinada y que responde a un concepto teológico determinado.

El mismo VS se arriesga a proponer una interpretación numerológica cuando analiza el canto XII del Purgatorio, asegurando que en los tercetos (25-63), donde se narra la pavimentación de la primera terraza, donde purgan sus pecados los superbos, se ocultan símbolos numéricos. El número de “plazas” que Dante y su guía están obligados a atravesar, meditando sobre ejemplos de altivez castigada son trece (4*3)+1.

En la numerología medioeval, el 4 computa el espacio creado, la solidez de la materia, nuestra carne; el 3 significa como ya hemos dicho el tiempo del eterno, la inagotable fecundidad de la creación; el 12 animando el 4 con el 3, es el número del cumplimiento escatológico, es la historia del mundo leudada por el Espíritu Santo. Alterando el orden del 12 con la intrusión de una unidad que el léxico de los numerólogos define como excéntrica, marginal, errática, el 13 genera una lúgubre desarmonía: es el número de la traición, de la exclusión, de la vanidad demente y derrotada

Los 4 tercetos que describen las lastras de la primera plaza empiezan todos con “Vedea”. Los segundos cuatro con la interjección O. Los siguientes cuatro tercetos con “Mostrava” y los versos de la siguiente Terzina empiezan cada uno, respectivamente con V, con O y con M, ensamblando el acróstico VOM que equivale a UOM, significando con esto al hombre como la mala semilla de Adán y congénitamente contaminado con el pecado de la superbia.

La numerología de la DC es tan misteriosa que el mismo VS confiesa sus limitaciones en la materia, de hecho así lo dice cuando analiza el inicio del canto XXIV del Infierno en el momento que Virgilio le aclara a Dante que la circunferencia de las fosas es de 22 millas (Infierno XXIX, 9). VS, y nosotros lo secundamos, propone o mejor dicho deja que sean los cultores de la criptografía quienes develen la red de relaciones y proporciones y su correspondencia entre los números, letras y profecías.

Mariano Palazzo

@marianopalazzo


BIBLIOGRAFÍA

  1. Mitre, Bartolomé (1922). La Divina Comedia de Dante Alighieri, en verso castellano. Nueva edición, definitiva, autorizada. Dirigida por Nicolás Besio Moreno. Versión digital, formato PDF, 667 pp. Centro Cultural “Latium”, Buenos Aires, Argentina.
  2. Palazzo, Mariano (2018). ¿La esperanza renace en La Guaira? ¿Podrá ser en Vargas donde renazca la ilusión? https://lavoceditalia.com/2018/02/09/295131/la-esperanza-renace-en-la-guaira-podra-ser-en-vargas-donde-renazca-la-ilusion/
  3. Palazzo, Mariano (2016). Viaje Onírico al mundo de Dante. Editorial Miranda. 72 pp. Villa de Cura, estado Aragua. Venezuela
  4. Dante Darmouth Project (2018).  https://dante.dartmouth.edu/
  5. Chiclana, Ángel (sf). Dante Alighieri. Divina Comedia. Editor digital titivillus. Versión PDF. 1286 pp.
  6. Sermonti, Vittorio (2015). L’Inferno di Dante. Edizione definitiva. Supervisione di Gianfranco Contini. Bur Rizzoli Ediciones. 1ra edición BUR Classici. 686 pp. Italia
  7. Sermonti, Vittorio (2015). Il Purgatorio di Dante. Edizione definitiva. Supervisione di Gianfranco Contini. Bur Rizzoli Ediciones. 1ra edición BUR Classici. 637 pp. Italia
  8. Sermonti, Vittorio (2015). Il Paradiso di Dante. Edizione definitiva. Revisione di Cesare Segre. Bur Rizzoli Ediciones. 1ra edición BUR Classici. 649 pp. Italia
  9. Nembrini, Franco (2017). In cammino con Dante. Editoriale Garzanti. 280 pp. Bergamo, Italia.
  10. Garaviglia, Maria Adele (2011). Lettera a Cangrande. Traduzione inedita. http://www.classicitaliani.it/dante/cangran.htm. Biblioteca dei Classici italiani di Giuseppe Bonghi http://www.classicitaliani.it/.
  11. Onorati, Aldo (2013). Canto per canto: Manuale dantesco per tutti. Enciclopedia infinita, Società Dante Alighieri. 288 p. Roma, Italia.
  12. Battistessa, Ángel (2003). Dante Alighieri, la Divina Comedia 1-Infierno. 3ra edición. Asociación Dante Alighieri, Buenos Aires. 473 pp. Argentina.
  13. Battistessa, Ángel (2003). Dante Alighieri, la Divina Comedia 2-Purgatorio. 3ra edición. Asociación Dante Alighieri, Buenos Aires. 443 pp. Argentina.
  14. Battistessa, Ángel (2003). Dante Alighieri, la Divina Comedia 3-Paraíso. 3ra edición. Asociación Dante Alighieri, Buenos Aires. 475 pp. Argentina.
  15. Navarro, Pilar & Cordova, Pedro (sf). Dante Alighieri, la Divina Comedia. Colección Pala Viajera 12. Ediciones Eduven. 265 pp. Caracas, Venezuela.

Lascia un commento