Dante, La Dante, la lengua de Dante pilares fundamentales
El martes 31 de julio up, en el Teatro de la Ópera de Maracay, cerca de 900 personas fueron testigos de excepción del memorable acto de la Primera Promoción de bachilleres del Colegio Juan XXIII. Los 62 alumnos que ese día recibieron su título, representaban los primeros bachilleres egresados en los 55 años de historia del Colegio Juan XXIIII.
Mágico e histórico momento que quedará marcado para siempre en las crónicas positivas de la educación del estado Aragua. Ese día, de la mano del rector del Colegio, el presbítero Jesús Díaz Dagger, se concretó lo que hasta ese momento había sido solo un sueño. Un sueño perseguido por tantos años y que formó parte de aquellas primeras ilusiones de la comunidad de inmigrantes italianos residentes en la Ciudad Jardín. En el año de 1963 guiados por el padre escalabriniano Antonio Marcón, construyeron y fundaron un colegio que bautizaron con el nombre del Papa bueno Juan XXIII, fallecido pocos meses antes. Un nombre de un hombre que cada año que pasa asume una mayor trascendencia tal y como sucedió el 27 de abril del 2014 cuando el Papa Francisco lo proclamó Santo.
Luego del Padre Antonio Marcón, otros curas le siguieron, memorables son los nombres de Padre Zelindo Ballen, Padre Sante Cervellin, Padre Giuseppe Sberna, Padre Maurizio Pontin, Padre Angelo Rivoli, Padre Pio Battacilia, Padre Matteo Didone, Padre Moacir Ballen, Padre Francesco Bortignon, Padre Onorio Bennacchio, Padre Lorenzo Rizzolo y por supuesto el Padre Miguel Pan quien tiene el mérito de haber firmado en 1980, el convenio de afiliación con AVEC (Asociación Venezolana de Educadores Católicos). Es que definitivamente el Colegio Juan XXIII lleva el sello indeleble de aquellos misioneros llegados a Venezuela en el año de 1958.
En una entrevista realizada a principios de la década de los ’70 al Padre escalabriniano Giacomo Battaglia, contestaba a la interrogante hecha por la periodista sobre quienes eran y a qué necesidad respondía su orden religiosa. Él afirmaba que cuando nacieron un 28 de noviembre de 1887, lo hicieron a partir de un pálpito de amor hacia el prójimo que tuvo su fundador Monseñor Scalabrini. Un llamado surgido durante su Obispado en la ciudad de Piacenza al ver como tantos y tantos italianos estaban obligados a dejar su tierra sintiendo en propia carne lo que el mismo Dante narró en su obra maestra: “come sá di sale il salir e scender l’altrui scale” (Paraíso, XVII, 58-60). . Ante esta profunda angustia que sentía, fundó la congregación para llevar a cada emigrante, en principio de Italia, pero luego a cualquier ser humano necesitado y alejado de su casa natal “il conforto della fede e il sorriso della Patria”. Un espíritu que aún se mantiene vigente y fuerte en el Colegio Juan XXIII, honrando el legado heredado a partir del 2004 de la mano de Monseñor Reinaldo Del Prete, por la Diócesis de Maracay dirigida actualmente por Monseñor Rafael Conde.
Como era obvio suponer, uno de los pilares fundamentales que sostuvieron aquella idea de fundar una unidad educativa en Maracay, era el de mantener viva la llama de la madre lengua en los italianos que decidieron hacer familia en Venezuela y poder preservar y transmitir así a sus hijos y nietos el idioma italiano, con todo lo que significaba enseñar una lengua: su cultura, sus costumbres, sus tradiciones, su historia.
Es que para los fundadores era una condiciónsine qua nonenseñar el idioma que desde los albores del siglo XII se había venido delineando a través del tejido eclesiástico de la actual Umbría, tan impregnada de profundas inquietudes evangélicas, y por eso no es un caso que el más antiguo texto lírico religioso en lengua italiana: Cantico delle creature (conocido también como el Cantico di frate Sole), haya sido obra de San Francisco de Asís.
Ese idioma italiano cuya transformación a partir del latín había sido al principio lenta y muy confusa, permeada por innumerables dialectos locales, pero que recibiría un definitivo impulso con el poeta florentino Dante Alighieri, quién bautizó a la nueva forma de comunicar y que el mismo promovía, como la lengua vulgar, el lenguaje del pueblo y que popularizó con su Divina Comedia y que defendió con vehemencia en su libro sobre la elocuencia de este nuevo idioma que nacía en las tierras dove il Sì suona.
Un camino que se fue delineando luego con Boccacio y Petrarca y consolidando a través de los siglos con los maestros Bembo, Manzoni y tantos más, hasta que finalmente se constituyó en 1861 la república de Italia y ya en el siglo XX se hizo obligatoria la enseñanza en el sistema educativo de la península. El italiano es hoy en día lengua oficial en Italia, Ciudad del Vaticano, Suiza y la república de San Marino pero además es lengua de uso común y corriente en la región de Istría (Croazia), así como en diversas ciudades de Eslovenia, en países como Malta, Albania, Mónaco y la república de Montenegro, y desde su fundación el idioma italiano es una de las lenguas oficiales de la Unión Europea. Incluso es considerado el idioma comercial de algunos países africanos, como por ejemplo Etiopía, Eritrea, Somalia y Libia. Además de que se habla como segunda lengua en numerosas comunidades alrededor del mundo: Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Australia y por supuesto Venezuela. Hoy en día la lengua de Dante es la cuarta más estudiada en el mundo.
Por eso desde siempre la principal preocupación y esfuerzo de quienes dirigían el Colegio, era la de garantizar la enseñanza del italiano y desde aquellos primeros años de la década de los ‘60 han sido muchas las maestras que han enseñado a generaciones y generaciones de alumnos. Primero a los hijos, luego a los nietos, después a los bisnietos de esos primeros emigrantes italianos, pero con el paso del tiempo se fueron incorporando cada vez más y más familias no oriundas de Italia, atraídas por la filosofía que desde siempre y permanentemente ha seguido la institución: “Garantizar a los niños independientemente de su condición social, la enseñanza de los valores religiosos, éticos y morales que garanticen el “Ser” antes que el “Saber”, para que el primero sea guía del segundo”.
Una hermosa historia que no se detiene y que comenzó con aquellas primeras honorables maestras: Clara Di Clemente, Vittorina Vanalerski, Licia Stefanucci, Renza Pomponi, Lina Soffritti de Bellettini, Bruna De Luca, Mariela Petricone y sin duda alguna la más emblemática de todas ellas y que durante cuatro décadas llevó adelante el departamento de italiano, la maestra Cav. Antonina Antoni, cuya pasión, entrega y devoción era tal que su alma subió al cielo directamente desde los espacios del Colegio un día de mayo del año 2001, pero no sin antes dejar su legado en buenas manos en la actual coordinadora: Cav. Margherita Cavani quien entró a formar parte de la institución en 1994.
La maestra Cavani dos años después fundaría en Maracay, la Sociedad Dante Alighieri en Venezuela (www.ladante.it) , recogiendo el testigo que en la década de los ’50 habían dejado un grupo de intelectuales, cuando crearon el Comité Dante Alighieri en la ciudad de Caracas. Emotivo fue ese traspaso, cuando el 01 de noviembre de 1996, en el Cine Teatro de la Casa de Italia de Maracay se presentó de la mano del Cav. del Lavoro, Filippo Sindoni: el profesor Giovanni Di Stefano, quien formó parte de aquella primera junta directiva de 1953, para ser testigo de excepción del regreso a Venezuela de la más importante institución no gubernamental de promoción de la lengua y la cultura italiana en el mundo.
Es que las paredes de la hoy Misión Católica San Carlos Borromeo han cobijado la génesis de trascendentales iniciativas y proyectos; de hecho fue en sus pasillos y aulas donde se concibió en el año de 1965, la Casa de Italia de Maracay-CIM (http://www.casaitaliamaracay.com/). Un encuentro que un grupo de jóvenes quiso representar y rememorar con motivo del quincuagésimo aniversario. Hoy la Casa de Italia de Maracay es una de las más importantes y emblemáticas instituciones del movimiento federativo italo venezolano y actualmente es dirigida por una ex alumna del Colegio, Mirna Casinelli.
Otro de los grandes proyectos que nacieron en los pasillos del Colegio Juan XXIII fue la Rivista Incontri (http://www.revistaincontri.com.ve/), una de las publicaciones decanas de la colectividad italiana, y en cuyas páginas está escrita la historia de la inmigración italiana en Venezuela. No fue un caso que en la transformación digital de la revista en el año 2017, el director y siempre recordado Silvano Ponte, convocara a algunos ex alumnos del Colegio que se desempeñaban en esos momentos en los vértices de las instituciones de la colectividad italo venezolana organizada
(http://www.revistaincontri.com.ve/rassegne/la-nueva-realidad-de-la-revista-incontri/)
Es que en las aulas del colegio se han formado innumerables ciudadanos de bien, que con el tiempo han destacado en los más diversos campos y seguramente el italiano ha jugado un rol fundamental en la formación de esos seres humanos, ya que acompañando al aprendizaje del idioma iba todo el bagaje de valores humanos que desde tiempos inmemorables han nutrido la cultura italiana y luego de aquellas primeras maestras llegaron las nuevas: Luisa Bellot, Josefina Giangreco Marina Mari, Mara Bucciarelli y Graziela La Verde quien aún continua, como cuando ingresó en 1993 preparando a los chiquitos y jóvenes de la educación básica y media. Ellas han transmitido a través de sus clases el amor y la pasión por la lengua de Dante, para seguir construyendo la comunidad de itálicos alrededor del mundo, de todos aquellos seres que llevan en su alma el amor por Italia sin importar la ascendencia ya que espiritualmente se sienten atraídos “per il mondo in italiano” y en ese sentido el Comité de la Dante en Venezuela, ha asumido un rol protagónico ya que son 22 años colaborando con el Colegio y en esos años han sido muchas las maestras formadas en los cursos extra cátedra que se imparten en la Casa de Italia: Geraldine De Luca, Zuleyvi Grance, Daniela Intraliggi, Antonietta Ferrazoli (estas dos últimas además ex alumnas del Colegio Juan XXIII).
Una formación necesaria ya que la demanda por el italiano sigue creciendo, sobre todo gracias al deseo expreso de quien, desde el 2009 en sustitución del Padre Roger Ruiz, es el rector del Colegio, el presbítero Jesús Díaz Dagger, que quiso firmemente que se enseñara el idioma italiano también en el bachillerato creado a partir del año 2013. Reto que afrontó valientemente la profesora Margherita Cavani y que este año ese esfuerzo ve cosechado sus frutos con en esta primera histórica cohorte del 2018.
Para ratificar la importancia de lo que significaba el acto de graduación de los primeros bachilleres del Colegio Juan XXIII, entre el público asistente estaban todos los representantes de las fuerzas vivas de la comunidad italo venezolana (muchos de ellos ex alumnos del Colegio), desde la directiva de las asociaciones regionales que hacen vida en Maracay: Abruzzo, Campania, Emilia Romaña, Molise, Puglia, Sicilia, Toscana y Véneto, así como la directiva de la Casa di Riposo Angelo Petricone, la directiva de la Casa de Italia de Maracay, junto con su Comité de Damas. Testigos de excepción las autoridades electas al Comité de Italianos en el Exterior, la directiva de la Cámara de Comercio Italo Venezolana capítulo Aragua junto con representantes de empresas emblemáticas como el Grupo Sindoni. Presente también compartiendo el palco de honor el gobierno italiano a través del vice consulado de Italia en Aragua.
Emotiva fue la presencia de figuras emblemáticas que a lo largo de todas estas décadas han contribuido de manera determinante al sostén del colegio, permitiendo superar incluso los peores momentos y es justo resaltar al Cav. Ettore Rossi quizás la única persona en la sala que ha sido protagonista en primera persona desde aquellos primeros años de la década de los ’60 hasta la fecha; pero también estaban sentados en las butacas personajes como Calogero La Verde, Sandro D’Aquino, la maestra Roberta Chirico, todos ellos pilares fundamentales de la realidad que es hoy el Colegio Juan XXIII
Presente también todo el estamento educativo regional venezolano, junto a las autoridades de la ciudad, para demostrar el valor trascendental que tenía lo que ese día en el teatro de la Ópera de Maracay especialmente cedido para la ocasión por el Gobernador, estaba ocurriendo. Dicho sea de paso muchos de los hijos de estas autoridades forman parte del alumnado del colegio. Un aspecto para nada menor, fue la presencia de las autoridades del departamento de lenguas modernas de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (la universidad formadora de maestros) que acaba de crear la licenciatura en italiano y que se han apoyado en la Sociedad Dante Alighieri para afianzarlo, ideal trilogía (Colegio-Universidad-Academia) que debería en un futuro inmediato dar generosos frutos.
El rector Jesús Díaz Dagger quiso mandar un ulterior mensaje de la importancia que representa la lengua de Dante como pilar fundamental de la institución que dirige, cuando nombró como maestro de Ceremonia al actual presidente de la Sociedad Dante Alighieri en Venezuela (ex alumno también él del Colegio), ratificando así el compromiso hacia con el italiano.
Mucha alegría, mucha felicidad se vivió en el Teatro de la Ópera de Maracay, un sitio símbolo, no solo de la Ciudad Jardín, sino también del Colegio Juan XXIII. Tan significativo es, que apenas dos meses después de que fuera decretado monumento nacional se celebró, en junio de 1994, el acto del trigésimo aniversario de la institución educativa al igual que este 31 de julio up, celebramos el 55°aniversario. Uno de los puntos culminantes de la tarde llegó de la mano del mismo Alcalde la ciudad, ciudadano Pedro Bastidas cuando le entregó a la administradora del colegio y tesorera de la Dante Alighieri Venezuela, licenciada Carolina López, la orden “Beata Madre María de San José” como reconocimiento a su dedicación y esfuerzo en la construcción del bachillerato.
La historia de los 55 años del Colegio Juan XXIII pudiésemos recogerla en una frase:
Ieri l’Italnostalgia e l’italianità, oggi l’italsimpatia e l’italicità.
Que resume la génesis y la transformación de una realidad que ha visto en el Colegio Juan XXIII un crisol ideal de fusión y consolidación. El motivo por el cual fue concebido el Colegio sigue vigente más que nunca y ampliando sus horizontes y fronteras por eso Dante, La Dante y la lengua de Dante fueron, son y seguirán siendo los pilares fundamentales del único colegio en el estado Aragua que imparte el idioma italiano desde el maternal hasta el quinto año de bachillerato, y que desde el año 2001 forma parte del pensum regular del alumnado (rresolución 235 del 31/05/2001 GO No 24.972 del 12/08/2002).
Una hermosa historia concebida en 1963, y que cinco décadas y media después sigue creciendo, se sigue transformando y haciendo realidad aquellos primeros sueños porque el camino no se detiene, porque quienes dirigen el Colegio aspiran seguir subiendo y desde ya visualizan la posibilidad cierta de concretar otro peldaño más: el cuarto nivel de instrucción…dicen por ahí que para que las cosas ocurran, primero hay que soñarlas y el Colegio Juan XXIII está en manos de los ¡mejores soñadores! y el futuro pertenece a aquellos que sueñan..Larga vida al Colegio Juan XXIII y esperamos ¡celebrar juntos 55 años más!
*Los testimonios históricos de este artículo son extraídos del trabajo: Colegio Juan XXIII:50 años…la historia continúa. Documento ya en la etapa de publicación y que está siendo compilado por la Cav. Margherita Cavani, coordinadora del departamento de italiano del Colegio Juan XXIII.
Mariano Palazzo