Reflexión:
¡ El optimismo es bueno siempre y cuando sea racional, pero si falta resulta difícil encontrar la fuerza para afrontar desafíos y crear nuevas ideas.
Es lo que despierta pasiones e interés y ayuda a que persistan y se mantengan vivas, hasta que se logren.
El pesimismo generalmente es el culpable de que los sueños no se hagan realidad; sin embargo, bien utilizado nos puede ayudar a evitar situaciones desagradables.
Por eso, el optimismo con cierta dosis de pesimismo, será la mejor combinación para hacer realidad los sueños.