España, Miguel González: “Abascal quiere ser el Salvini de Feijóo”

Miguel González, periodista y autor de "Vox S.A"

MADRID – “Santiago Abascal quiere ser el Matteo Salvini de Alberto Núñez Feijóo”. Es la conclusión a la que llega Miguel González, acucioso periodista de “El País” y autor del ensayo “Vox S.A. – El Negocio del Patriotismo Español”, un paseo por el mundo recóndito de la extrema derecha española. “Vox S.A.” nos revela la naturaleza pragmática y la filosofía estrechamente enlazada con la búsqueda del poder de la derecha radical. Su lectura resulta indispensable para conocer y entender el fenómeno político el cual, desde su irrupción en la arena partidista en 2018 en el Palacio de Vistalegre, ha condicionado las decisiones del “macondo” conservador y el comportamiento del archipiélago progresista.

– En Vox – nos dice González – saben que en las próximas generales no volverán a obtener los 52 escaños de los que hacen gala hoy. Tienen conciencia de que tendrán menos diputados. Pero, no les importa si resultan suficientes, necesarios para que Núñez Feijóo pueda formar gobierno. En 2019 – nos explica -, hubo dos elecciones. La primera en abril; la otra en noviembre. En abril, Podemos obtuvo un mejor resultado, más diputados que en noviembre. Los escaños que ganó en abril no le sirvieron para nada. En cambio, los que obtuvo en noviembre, a pesar de ser menos, le permitieron entrar en el gobierno. Para Vox es lo mismo. No le importa obtener menos diputados. Lo que quiere es entrar en el gobierno.

– ¿Cómo influirán en las decisiones de los electores que acudirán a las urnas del 23 de julio, las alianzas regionales entre el Partido Popular y Vox?  

– Es difícil saberlo – comenta -. Como te habrás dado cuenta, el Partido Popular se ha comido prácticamente a todo el electorado de Ciudadanos que era un partido de centro. Ahora busca hacer lo mismo con el de Vox. Núñez Feijóo tiene una imagen moderada. Vox en Galicia, de dónde proviene Núñez Feijóo, no existe. Respondiendo a tu pregunta: considero que podría tener dos efectos. Por una parte, puede atraer cierto electorado más moderado, al cual asusta Vox. Y, por otra, creo que el efecto más importante podría ser el de movilizar al electorado de la izquierda.

Nos explica que, si se observan atentamente los resultados de las elecciones desde que España comenzó a transitar por la senda de la democracia, resulta evidente que lo más importante es el nivel de abstención y “sobre todo quién se abstiene”.

– Una proporción del electorado, que puede variar, pero que estimo en torno al 52 o 54 por ciento – continúa -, es de centroizquierda. El resto, un 45 por ciento, ocupa el espacio que va desde el centro hasta la derecha… toda la derecha. ¿Se abstiene la derecha o se abstiene la izquierda? En este momento, la derecha está muy motivada. En cambio, la izquierda no lo está tanto. Núñez Feijóo es un líder político que no asusta al electorado. Su perfil es similar al de Rajóy más que al de Aznar. Por tanto, la posibilidad de que Núñez Feijoo gobierne no es algo que al elector de izquierda o de izquierda moderada le inquiete. Ahora bien, si tú les dices que Feijóo va a gobernar con Vox, eso sí le preocupa. Es posible que el electorado de izquierda, quien tampoco está muy entusiasmado con Pedro Sánchez, ese día vaya a votar.  Y lo haga para evitar que Vox entre en el gobierno.

Alberto Núñez Feijóo

– En las elecciones regionales, Núñez Feijóo y Díaz Ayuso interpretaron roles distintos. El primero, empleó un discurso moderado; la segunda, mucho más radical y ultroso. El primero buscaba atraer a los votantes de centro y la segunda a los simpatizantes de Vox. Ahora no hay ese reparto de roles… Los anuncios de Feijóo apuntarían hacia posiciones menos moderadas y más radicales. De hecho, anunció la derogación de algunas conquistas sociales y la matización de otras.

Para González, “Madrid no es España”. Y comenta que “al electorado de Vox le gusta más Díaz Ayuso que su propia candidata, Rocío Monasterio”. Y añade:

– Si te das cuenta, Vox le ha dejado el campo libre a Ayuso. Santiago Abascal no ha hecho un solo mitin en Madrid, durante toda la campaña electoral pasada.

– Daba ya por perdidas Comunidad y Alcaldía…

–  Abascal, en toda la campaña electoral, no hizo un solo mitin en Madrid capital – insiste -.  Y en la Comunidad de Madrid lo hizo en Chinchón, un pueblo de apenas 7 mil habitantes. En una comunidad que cuenta con siete millones, hace un mitin en un pueblo de 7 mil habitantes… El primer mitin de campaña lo hizo en la Comunidad Valenciana. En Castilla La Mancha hizo cuatro, incluso el de fin de campaña en Toledo; en Extremadura hizo dos. El sí sabía dónde ir. ¿Dónde? A los lugares donde gobierna el Partido Socialista y el Partido Popular puede echarlo, pero con el apoyo de Vox. Su objetivo era repetir el ejemplo de Castilla y León: gobierno de coalición Partido Popular y Vox. El segundo intento fue en Andalucía. Fracasa porque el Partido Popular alcanza la mayoría absoluta. Me parece evidente que Núñez Feijóo está intentando coger el electorado de Vox. El de Ciudadanos ya lo tiene.

Insiste en subrayar que Núñez Feijóo transmite la imagen de una persona moderada. Por tanto, puede permitirse el lujo, de vez en cuando, de decir “dos o tres cosas más radicales”.

– El electorado de la derecha – comenta – no se mueve por su simpatía hacia Feijóo. Lo hace porque quiere echar a Sánchez; quiere echar a la izquierda. Votar a Feijoo, aunque no guste demasiado, es sacar a Sánchez.

Posibles alianzas

Es inevitable que la conversación derive hacia las alianzas posibles o imposibles entre los populares y la extrema derecha. Vox apremia y el Partido Popular frena, pero tampoco mucho. González nos ofrece su radiografía de la geopolítica regional; de los acuerdos que podrían hilarse y los movimientos de la diplomacia partidista nacional; de cómo podrían sacrificarse uno o dos “peones” para arrinconar la “reina” en el tablero imaginario en el que se rediseña la distribución del poder regional luego del terremoto electoral del 28M.

– Hay comunidades en las cuales el Partido Popular tiene mayoría absoluta. Ahí no hay discusión – reseña -. Luego hay comunidades en las cuales los populares no tienen la mayoría absoluta y, en consecuencia, necesitan de Vox. Pero – precisa -, cuidado. En algunas de esas comunidades, con que Vox se abstenga es suficiente: Baleares, Aragón o Cantabria, para nombrar algunas. El Partido Popular sabe que Vox, en esas comunidades, no puede votar al candidato de la izquierda. Su electorado no se lo perdonaría. En consecuencia, el Partido Popular no tiene que ofrecerle nada. Hay dos comunidades donde a los populares no le basta con que Vox se abstenga. Son Comunidad Valencia y Extremadura.

Lo que ha pasado en la “Comunidad Valenciana” ya lo sabemos. En Extremadura, en cambio, todo está abierto. Y los dos partidos mueven piezas para obtener lo máximo posible. González, ahora, pone el acento en los ayuntamientos que se constituirán el 17 de junio. La ley no permite prórrogas, tampoco volver a las urnas.

– No es como en las comunidades de autónomas – advierte -. La Ley indica que si hay un candidato que obtuvo la mayoría absoluta, se presenta y se procede a su investidura. Sin embargo, si ningún candidato alcanzó la mayoría absoluta, y no se han logrado alianzas que permitan alcanzar el número de votos requeridos, entonces es investido automáticamente él candidato de la lista más votada. En todos los lugares donde el Partido Popular ha ganado y la izquierda unida no alcanza la mayoría absoluta, los populares no necesitan del voto de Vox. Eso, por ejemplo, ocurre en Sevilla y en Valencia. Son las ciudades más importantes en las cuales perdió el Psoe. No obstante, también hay ciudades, no tan importantes, en las cuales al Partido Popular no le basta con que Vox se abstenga. Necesita el voto de la extrema derecha. Es el caso de Valladolid, Burgos, Guadalajara y, por ejemplo, de Alcalá de Henares, en la Comunidad de Madrid. El Partido Popular necesita que Vox le apoye. El día 17 sabremos en cuales ciudades PP y Vox han pactado.

Casi como si estuviese reflexionando en voz alta reconoce que pudiera darse una tercera opción: “el Partido Popular puede dejar que se elija al candidato del Psoe, si es la lista más votada, y al año siguiente promover una moción de censura”. En fin, en política todo es válido.

Reaparece Olona

Después de haber desaparecido del radar político por algunos meses y luego de haber meditado largamente y haberse reencontrado consigo misma en la ruta de los peregrinos hacia Santiago de Compostela, Macarena Olona ha vuelto a asomarse a la arena política. Y lo ha hecho registrando un nuevo partido, “Caminando Juntos”. Preguntamos a González si la otrora portavoz de Vox al Congreso de los Diputados podría restarle votos al partido de Abascal.

Macarena Olona

– No – afirma con un movimiento de la cabeza. Luego matiza y precisa:

– No creo… en todo caso, muy poco…

– Todo indica que un gobierno monocolor si no imposible es cuando menos improbable. Por ende, el partido que ocupe la tercera posición podría ser decisivo para que los socialistas logren reeditar un gobierno de coalición o los conservadores consigan desalojar al presidente Sánchez de La Moncloa… ¿Otro partido a la derecha del Partido Popular no podría ser un problema?

– Creo que Macarena Olona se presentará en unas cuantas provincias. Me sorprendería que sacara un escaño. Y, de obtener alguno, no pasaría de uno o dos. Pero, lo que dices es muy importante. Quien ocupe el tercer lugar puede resultar decisivo para la formación del gobierno. Hay Comunidades, provincias, que otorgan pocos escaños y esos escaños siempre se reparten entre los primeros tres. Por ejemplo, si se atribuyen 5 escaños, dos son para el primer partido, dos para el segundo y uno para el tercero. El cuarto no se lleva nada. Por eso, ser el tercer partido es importante. Si ese reparto se repite en 8 o 10 provincias… que Vox o Sumar sean el tercer partido será muy importante.

Elecciones y Semestre Europeo

La Unión Europea mira con interés a España. No es para menos. En el horizonte, se asoma la presidencia española del Consejo Europeo. Y lo que antes del 28 de mayo eran certezas y muchas expectativas, han ido transformándose en incertidumbre o simples anhelos. Sabemos a ciencia cierta quien será el encargado de dar el pistoletazo inicial. Decimos, el discurso con el cual se iniciará el semestre español. En cambio, desconocemos a cargo de quien estará el de cierre. Se sabrá el 23 de julio, cuando de las urnas saldrá el nombre del nuevo presidente de Gobierno. Antes de la convocatoria a elecciones, el semestre español era a menudo tema de reflexión ponderada y de tertulias a rato encendidas. Ahora pareciera haber desaparecido de la agenda de los partidos y de los “plató” televisivos. ¿Por qué? ¿Y qué efectos podría tener un triunfo de Feijóo? Lo preguntamos a González.

– En primer lugar – explica -, es evidente que Sánchez piensa que influye poco en la campaña electoral. Por eso consideró que la presidencia de la Unión Europea, que a mayor gloria podía haber sido suya, no era tan importante como para no convocar a elecciones y esperar hasta diciembre para intentar capitalizarla. Ahora bien, ¿de qué manera puede influir un triunfo de Feijóo en la Unión Europea? Bueno, eso está por verse. La verdad es que Feijóo no es conocedor de la política internacional. No habla inglés, y tampoco tiene experiencia internacional. Sin embargo, de triunfar en las próximas elecciones, se convertiría probablemente en el mandatario del Partido Popular Europeo con más poder. El Partido Popular europeo, ahora mismo, no está gobernando en países importantes. No lo hace en Francia, no lo hace en Italia y tampoco en Alemania. Feijóo, de gobernar en España, tendría un peso muy importante en el Partido Popular europeo. En este momento, el Partido Popular europeo pareciera acercarse a la ultraderecha. ¿Lo haría también Feijóo?

Deja la pregunta en el aire.

Santiago Abascal, líder de Vox

– Hasta hace poco, se hablaba de una coalición entre países de la cuenca del Mediterráneo. ¿Qué consecuencias podría tener otro gobierno conservador aliado con la extrema derecha?

– La presencia de Vox haría que tuviésemos otro gobierno conservador, pero con los papeles invertidos… En Italia gobierna la extrema derecha de Giorgia Meloni con los conservadores y en España gobernaría el partido conservador de Núñez Feijó con la extrema derecha… Fíjate, yo no descartaría una mayoría absoluta, o muy próxima de serlo, del Partido Popular. ¿Por qué?

Insiste en que “el interés de la derecha es echar a la izquierda” y que Feijóo podría concentrar el voto útil. Continúa:

– Ya nos sorprendió en Andalucía. Las encuestas decían que el Partido Popular necesitaría del apoyo de Vox y, sin embargo, al final obtuvo la mayoría absoluta. Es verdad, España no es Andalucía. Pero, en este momento hay una ola; y cuando hay una ola su tendencia es a crecer. Creo que Sánchez ha adelantado las elecciones para frenar esa ola que va subiendo.

–  España siempre ha sido un país si no de puertas abiertas a la inmigración, cuando menos tolerante. No ha dejado de rescatar a los inmigrantes en alta mar y tampoco ha puesto trabas para que los barcos de las ONG puedan atracar en sus puertos… ¿Podría España transformarse en otra Italia, con la llegada de Vox al poder? ¿Qué tanto afectarían las políticas migratorias de España?

– En la Unión Europea ha habido un primer pacto sobre inmigración. Veremos si se confirma. La inmigración no ha sido el factor desencadenante del ascenso de la extrema derecha, como lo ha sido en Francia o en Italia. En España, lo ha sido la crisis catalana y el nacionalismo. El tema de la inmigración nunca ha sido realmente el motor de la ultraderecha. Ahora bien, evidentemente va a tener una influencia, cualquiera que sea la situación. Imagínate Vox en el gobierno y Abascal de vicepresidente encargado de Interior, con la política de inmigración en sus manos. Eso va a influir. Y lo haría incluso si estuviera en el gobierno Nuñez Feijóo y en la oposición Abascal. Con Feijóo al gobierno, la política de inmigración se endurecerá.

– Ciudadanos, nació en 2015 como reacción al nacionalismo catalán, y Podemos, como reacción a la política tradicional. El primero ha desaparecido, de manera casi inexplicable, y el otro está en vía de extinción. Vox nació más o menos en la misma época. Tardó en despejar… lo hizo en el mitin que celebró en el Palacio de Vistalegre. Como escribió en su ensayo “Vox S.A” “fue una inesperada exhibición de músculo de un partido hasta entonces desconocido”. ¿También es un partido destinado a morir? ¿Será un fenómeno efímero, coyuntural?

-Puede pasar lo mismo, por supuesto – admite -. Y por una razón: Vox es un partido piramidal, muy jerarquizado. Ha eliminado las elecciones internas. No está construyendo una base territorial sólida. El Partido Popular y el Partido Socialista tienen una sede hasta en el último rincón de España. Es decir, tienen raíces. Vox no. Yo digo que está funcionando como una empresa que vende productos. Si no haces raíces, tienes más posibilidades de que un huracán te lleve. Como sea, hacer futuribles, en este momento es imposible. No sabemos qué pueda pasar.

– En su libro, presenta a Vox como un “Partido liberal, conservador, nacionalista”. También lo es el Partido Popular. ¿Qué diferencia hay entre uno y otro?

– Vamos a ver… La diferencia está en la palabra “ultra” …  Vox no es liberal, es ultraliberal en lo económico. No es conservador, es ultraconservador. No es nacionalista, es ultranacionalista. Por ejemplo, Feijóo ha dicho que acepta la ley del aborto, después del fallo del Constitucional. El Partido Popular se va adaptando. Presentó un recurso contra la Ley del Aborto, pero la acepta; presentó un recurso contra la Ley del matrimonio homosexual, pero la acepta.  Vox no. Está absolutamente en contra de la ley del aborto.  Ten en cuenta que representa a los sectores más integristas del catolicismo. En este caso, de los ultracatólicos…

Ninguna diferencia con los demás movimientos de extrema derecha europeos y de allende el océano. González subraya que Vox no sólo está contra la inmigración, también defiende la tesis de “los españoles primero”: “primero a la hora de los servicios sociales, a la hora de empleos, a la hora de todo”

– ¿Quiénes son sus socios internacionales? – se pregunta retóricamente para luego contestarse:

– Trump, Bolsonaro, Meloni, Orbán… Todos los que he citado son jefes de gobiernos cuyo carácter democrático es más que discutible. Tanto Trump como Bolsonaro no aceptaron la derrota. Y han intentado impedir la alternancia con el asalto al Capitolio, el primero; y al Congreso, el segundo. Tanto Fidesz de Orbán como “Ley y justicia” en Polonia, son partidos que están tomando medidas para impedir la alternancia política: medidas contra los medios de comunicación, contra las universidades… Hablamos de partidos que realmente no son democráticos.

– Llama mucho la atención, que, en una sociedad tan abierta, tan adelantada en relación con los derechos civiles pueda nacer un partido como Vox. Y que, además, ese partido sea el tercero más votado…

– Vox está en contra del aborto, bajo cualquier supuesto, incluido la violación. Sin embargo, no encontrarás sitio alguno en el que lo exprese claramente. Vox sabe que eso en España no es popular. Afirma estar en favor de la cultura de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. No introduce la palabra aborto, tampoco la palabra eutanasia. Y, sin embargo, es lo que está afirmando. Son sus características, pero no las airea. Hay un nacionalismo español, como lo hay en Italia y en todas partes. Ese nacionalismo estuvo desde la muerte de Franco…

Miguel González

– ¿Nacionalismo o franquismo?

– La dictadura franquista se envuelve con la bandera del nacionalismo – explica -. Durante muchos años, tras la muerte de Franco, el nacionalismo español desapareció porque su imagen está asociada a la de la dictadura. Ese nacionalismo español, que por muchos años solo se manifiesta cuando la selección española de fútbol gana el Mundial de balompié o cuando se produce algún acontecimiento particular, es el que se siente herido por el tema catalán. No hay nada más fácil de manejar que eso. Mira lo que fue la descomposición de Yugoslavia.

Considera que el nacionalismo es “lo que hace posible que Vox pueda llegar a tres millones de electores y que sea el tercer partido del País”. Indica que en Vox conviven falangistas y ¿???? (QUIEN MAS??). Y, como botón de muestra, indica a Ortega Smith y a Jorge Buxadé quien, subraya, es “ultracatólico”.

– ¿Y Santiago Abascal? Ha sido militante del Partido Popular hasta la fundación de Vox…

Admite que Abascal es un caso “sui generis”. De hecho, señala que, con su primera esposa, de la que se separa, se casa por civil y no por la iglesia. Una contradicción, toda vez que su partido no comulga con una de las conquistas civiles de la sociedad: el divorcio.

Elecciones y economía

Las crónicas de los diarios, desde hace meses, dan cuenta de la recuperación económica del País. Un hecho, sin duda, más que relevante. Y, sin embargo, las encuestas no lo reflejan. Por alguna razón, las conquistas sociales de los últimos cuatro años, la recuperación económica luego de la crisis provocada por la pandemia, las medidas tomadas para evitar que las familias humildes no sufriesen, como en la crisis financiera de 2008, no han calado en el electorado que, en las regionales y municipales ha castigado el primer gobierno de coalición de España. ¿Por qué?

– Todo eso es cierto – admite -.  Pero, vamos a ver… Dos cosas… ¿el aspecto económico va muy bien, comparado con qué? ¿Comparado con cómo podría haber ido si el gobierno no hubiese tomado las medidas que ha tomado? Es verdad, la situación no es tan mala gracias a eso. Pero ¿y si la comparamos con la que era hace 3 años? Ahora estamos peor. Está claro que la culpa no es del Gobierno. Es de la guerra de Ucrania, de la pandemia… Otro elemento más: el Gobierno tomó muchísimas medidas muy positivas; pero, en mi opinión, no ha tomado acciones para evitar el incremento del precio de las hipotecas. Si te suben el precio de los alimentos tienes alternativas. Por ejemplo, puedes comprar pollo en lugar de carne. Pero, si te suben el precio de la hipoteca o del alquiler, no las tienes. No hay escapatoria.

Para concluir, admite que las ayudas otorgadas por el gobierno a los sectores más humildes de la población han sido importantes. Sin embargo, puntualiza:

–  Para una gran porción de la clase media un aumento de 300 o más euros cada mes en la hipoteca es demasiado. Esa mezcla de elementos determina las decisiones del elector…

Mauro Bafile

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