CARACAS – El fenómeno de la migración venezolana no es algo nuevo, pero comenzó a verse como un problema para la región a partir del comienzo del año 2018. Principalmente en Colombia, pero también en el resto de Latinoamérica, los venezolanos ya son vistos como refugiados, lo que ha hecho que organizaciones no gubernamentales (ONG), el Vaticano e inclusive la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pongan sus manos en el asunto.
El Vaticano anunció que como petición del papa Francisco iniciará un plan llamado “Puentes de solidaridad” que se encargará de brindar asistencia a la migración venezolana que se desplaza a través de Sudamérica. El programa implica una participación de las conferencias episcopales de ocho países para otorgar acogida, protección e integración a estas personas.
El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, lo que vendría siendo un “ministerio” que se encarga, entre otras cosas, de migración, será el ente encargado de llevar con éxito este nuevo plan de la santa sede. El programa incluye “todas las fases de su desplazamiento, desde su salida a su llegada a otros países o su eventual regreso a Venezuela”, indicó un comunicado.
No es el Vaticano el único que ha puesto en marcha durante las últimas horas su accionar en la región con respecto a ayudas para la migración venezolana. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU inició el proyecto para entregar bonos alimentarios a más de 350 mil venezolanos que se encuentran actualmente en Colombia.
Estas iniciativas y proyectos no vienen por casualidad, sino por una crisis real que se expande de Venezuela hacia toda la región a través de la migración masiva. Así quedó claro en los últimos estudios publicados por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) que muestran que el éxodo venezolano en Latinoamérica pasó de 89 mil a 900 mil personas, lo que equivale a un 900%.
