MADRID – Crispación “in crescendo”. El Congreso de los Diputados pareciera un polvorín a punto de estallar. La diatriba política ha alcanzado niveles hasta hace poco impensables. El Gobierno y el Partido Popular han vuelto a chocar. Los casos de corrupción ofrecieron la oportunidad para elevar los decibeles.
La polémica entre el presidente de los “populares”, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha abandonado la arena política para trasladarse en el ámbito personal. El líder del Partido Popular ha amenazado con una investigación para hacer luz definitivamente en la presunta relación de la esposa del presidente Sánchez con Air Europa. De hecho, advirtió que llevará el “caso” a los tribunales. Aseguró que se abrirá “una investigación sobre asuntos que afectan el entorno familiar” de Sánchez.
“Investigación Parlamentaria – dijo Núñez Feijóo -, seguro. ¿Judicial? También, si fuese necesario”.
Sánchez no se ha quedado atrás y ha contratacado contraponiendo modelos. Dijo que el Gobierno “está colaborando con la justicia” y sugirió a Núñez Feijóo que exija “las dimisiones a la señora Ayuso”.
La presidenta de la Comunidad de Madrid está en el centro de la tempestad. Alrededor de unas 800 personas, en las adyacencias de Génova 13, han gritado consigna y exigido las dimisiones de la polémica presidenta.
Por otra parte, para calentar aún más los ánimos, si posible, el “Grupo” parlamentario del Partido Popular, ha registrado una propuesta de Pleno. Los conservadores exigen que la Cámara Alta plantee un conflicto institucional con el Congreso, por la polémica Ley de Amnistía. Fundamentan el conflicto en las críticas de los letrados del Senado. Ahora se habla de “reforma constitucional encubierta”, de la Ley de Amnistía. De ser así, es decir de tratarse de una reforma Constitucional, la Ley para pasar necesitaría de mayorías cualificadas en las dos Cámaras.
Redacción Madrid
