MADRID – La Ley de Amnistía pareciera ser un hecho. Si no hay giros de última hora, como ya ha pasado, la negociación, a tres bandas – léase Psoe, ERC y Junts -, estaría cerrada. El acuerdo sería “multilateral”, porque en última instancia implicaría a todos los socios de investidura. La Ley de Amnistía daría garantías a todos los involucrados en los hechos del “proces”. Lo ha adelantado el propio jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, a los periodistas en el curso de una conversación informal en Brasil.
El presidente de Gobierno no ha precisado cuáles han sido los cambios operados para que Junts aceptara el texto. Sin embargo, ha asegurado que la Ley saldrá del Congreso, constitucional y acorde a lo establecido por el derecho europeo. Fuentes bien informadas señalan que el fondo del texto de la Ley no será diferente al que Junts rechazó. Se habrían operado algunos cambios menores, operaciones de “maquillaje”, para que Junts pueda justificar su cambio de opinión respecto del texto.
En el Psoe se asegura que la Ley se encuentra en la recta final. Tan sólo se están atando algunos pequeños flecos sueltos. Por su parte, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, aseguró que no será un “traje a la medida”. La Ley, dijo, “no será para Carles Puigdemont o Marta Rovira”.
“Será para la sociedad catalana que – comentó – se vio inmersa en una situación que se dio porque el Partido Popular abdicó de la política”.
Díaz calificó la Ley de “muy positiva” porque, en su opinión, “es injusto, por ejemplo, que algunas personas, como los profesores, estén procesados solo por abrir los centros escolares para votar”.
Dirigentes de Esquerra Republicana han aplaudido las correcciones y los de Junts, quienes habían guardado un silencio “ruidoso” durante todo el proceso de negociación, dijeron que se trata de “una amnistía para la reconciliación”.
El Partido Popular no opina lo mismo. Borja Sémper, portavoz de los conservadores, acusó al jefe de Gobierno de ceder una vez más a las exigencias de los independentistas. Dijo estar sorprendido de que se quiera utilizar la “amnistía para tapar casos de corrupción”.
“Estamos a expensas de conocer si mañana la impunidad de Puigdemont va a ser parcial o total”, dijo Sémper, al tiempo que Esteban González Pons, vicesecretario de Acción Institucional del Partido Popular, acusó al presidente Sánchez de “rendirse ante Junts”.
“Va a ser una nueva rendición de Pedro Sánchez para seguir un día más en La Moncloa – dijo a los medios de comunicación en Bucarest. Añadió que el Gobierno “no puede mantener sus líneas rojas ni siquiera frente a Junts”.
Pons ha comentado que resulta “muy difícil llegar a un acuerdo para la renovación del Consejo de General del Poder Judicial con alguien que al mismo tiempo está humillando, desautorizando y obligando al Tribunal Superior a corregirse, rompiendo la separación de poderes”. Y advirtió:
“Vamos a ver qué han acordado, pero sí les digo una cosa: el Gobierno no puede jugar al mismo tiempo a humillar a los jueces y a renovar el Consejo. O se está contra los jueces o se está a favor de los jueces. Lo que no vamos a permitir al Gobierno es que con una mano ataque a los jueces con Junts, y con la otra los defienda con el Partido Popular”.
A.T./Redacción Madrid
