MADRID – Vox lo había avisado: las protestas irán a más. Y así ha sido. La violencia, por segundo día consecutivo, se ha adueñado de las calles aledañas a la sede del Psoe en Madrid.
Convocadas por organizaciones de extrema derecha muy cercanas a Vox, alrededor de unas siete mil personas, según fuentes de la Policía nacional, acudieron a la calle Ferraz. Los esperaban un cordón de Policía antidisturbios. Luego de casi dos horas de consignas contra la amnistía, insultos contra el Gobierno y su presidente y coros vitoreando a Franco, los más violentos obligaron a la intervención policial. De un lado hubo disparos de balas de goma y bombas lacrimógenas; del otro, lanzamiento de botellas, piedras e inmobiliario urbano. Una batalla campal que concluía poco antes de la medianoche.
Las protestas contra la amnistía han sido el “leitmotiv” de la jornada política. En especial, lo han sido las reacciones contra la violencia que la dominó. El Partido Popular evitó condenarla. En un comunicado, criticó la actuación de la policía. La acusó de tratar a los manifestantes “como si fueran CDR”. Decimos, miembros de los colectivos independentistas catalanes radicales.
“El Gobierno del Psoe – se lee en el comunicado – obligó a nuestros agentes a tratar las personas que estaban en la calle como si fueran CDR. No lo eran. Y – continúa el comunicado – lo hicieron de manera injusta, suponemos aplicando la vigente Ley Mordaza”.
Por su parte, Santiago Abascal, presidente de Vox, después de reiterar su apoyo a los sindicatos policiales cargaba contra el Gobierno acusándolo de “dar órdenes ilegales” para que la policía cargara “contra familias y gente absolutamente pacífica”. Mucho más tarde, Pepa Millán, portavoz de Vox en el Congreso matizaba las declaraciones de su líder asegurando que “los actos violentos no cuentan con nuestro amparo ni nuestro respaldo”.
El Psoe, en la mañana, exigía un pronunciamiento del Partido Popular contra los ataques a la sede de Ferraz. En un comunicado, lamentaba que los populares tampoco condenaran “los vivas Franco, ni los gritos contra la Constitución, el jefe de Estado y el presidente”.
La violencia no fue lo único que caracterizó la jornada política. Un día más, las miradas estuvieron puestas en Bruselas. Es ahí donde se cocina el acuerdo entre Psoe y Junts. El equipo negociador de los socialistas y el de los independistas no se ha vuelto a encontrar; pero siguen en Bruselas. Buscan la cuadra. Es decir, un acuerdo sobre los alcances de la amnistía. Dicho en otras palabras, sobre quién será amnistiado y quién no.
Nadie, o casi nadie, duda de que la investidura de Pedro Sánchez saldrá adelante. Sin embargo, tomará más tiempo de lo esperado. O eso parece. Isabel Rodríguez, ministra portavoz del Gobierno, ha asegurado que habrá un nuevo Ejecutivo. Félix Bolaños coincide con su colega en el Gobierno y ratifica que se está trabajando y avanzando.
En Ferraz justifican el retraso indicando que esta será la primera Ley de Amnistía de la democracia. Por lo tanto, cometer errores es un lujo que no podrán permitirse. La propuesta de Ley deberá ser perfecta, para superar todos los exámenes a la que tendrá que someterse.
Los socialistas señalan que se están acercando posturas, pero, ya no ponen fechas. El calendario sigue corriendo. Faltan menos de 20 días para que el plazo venza. El reloj avanza lento, sin pausa.
A.T./Redacción Madrid