MADRID – Financiación autonómica y el uso de las lenguas cooficiales en las sesiones del Congreso de los Diputados; mas, no a indultos o referéndum. El abanico de propuestas a las fuerzas independentistas se abre y se cierra a la vez. Psoe y Sumar están abierta al diálogo, pero hay una línea roja que no están dispuestos a pasar.
Avances y retrocesos. En los corrillos políticos, entre rumores y bisbiseos, nadie quiere soltar prenda. En la sede del Partido Popular, al igual que en la del Psoe, insisten en que las verdaderas negociaciones para lograr la investidura de sus candidatos – léase Alberto Nuñez Feijóo y Pedro Sánchez – comenzarán a pocos días de la instalación del nuevo Congreso de los Diputados. Y se acelerarán en la medida en que el Rey Felipe VI avance en las consultas con los portavoces de las distintas fuerzas políticas representadas en el Parlamento. Es el Rey quién tendrá que proponer a uno de los candidatos. No la tiene fácil. Al respecto, no hay normas escritas; no hay reglas. El panorama, en el horizonte, no está claro. Podría seguir el camino tradicional, tal vez el más fácil, y encargar de la formación del Gobierno al candidato del partido más votado: Alberto Núñez Feijóo. O, en cambio, encomendar la tarea al candidato que pudiera tener mayores opciones de lograr una “coalición de investidura”. Y este pareciera ser Pedro Sánchez.
En una coyuntura normal, la clave estaría en la ronda de conversación con los portavoces de los partidos. Sin embargo, en España no existe una coyuntura normal. No la hay porque Eh Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya y Junts per Catalunya rechazan cualquier audiencia con el Rey. Y son precisamente las fuerzas independentistas que tienen “la sartén por el mango”.
Alberto Núñez Feijóo insistirá en presentarse a la investidura, aun cuando todo indica que no obtendrá los votos necesarios. Por eso, quiere un encuentro con su adversario, Pedro Sánchez. Confía en la que, en Génova, han calificado “conducta responsable y constitucionalista del Psoe”. Los socialistas, por su parte, insisten en que lograrán reeditar la coalición de investidura para un “Gobierno Sánchez bis”.
Psoe y Sumar piden a los independentistas pragmatismo y que abandonen posiciones de máximo. Al fin y al cabo, las ofertas en la mesa son tentadoras. En especial, la financiación autonómica. Es esta una vieja aspiración de los independentistas. Había sido archivada. Pero, Yolanda Díaz la ha puesto al centro de la atención. La financiación autonómica hace referencia al reparto de los ingresos recaudados entre las comunidades, para evitar caer en la infrafinanciación. La deuda que se origina en las Comunidades, y la de Cataluña es las más abultada, no es producto de un gasto mayor.
El Partido Popular y Vox acusan a los socialistas de mercadear, a través de Partido Socialista Catalán, con la financiación autonómica para obtener votos para la investidura.
El vicesecretario de Economía del Partido Popular, Juan Bravo, huésped en el programa “Espejo Público, ha criticado la prisa del Gobierno de reformar la financiación de manera bilateral, después de cinco años de parálisis.
– No se financia de manera bilateral – dijo – sino de forma conjunta con las comunidades autónomas. Debe servir para unir a estas, no para enfrentarlas.
Y añadió que “están en juego los servicios básicos de todos los españoles, la Sanidad, la Educación”.
Otra carrera contra reloj es la constitución de la Mesa del Congreso, el 17 de agosto. El Psoe y Sumar quieren garantizarse las mayoría para equilibrar la fuerza que le otorga al Partido Popular haber obtenido la mayoría absoluta en el Senado. Para alcanzar el objetivo han comenzado a negociar con los independentistas. Por ahora, en la máxima discreción.
A.T./Redacción Madrid
