CARACAS – El economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, aseguró que en Venezuela se vive una “sensación de bienestar”, pero en del primer semestre de 2022 se da un escenario de crecimiento de “techo bajo” debido a cinco problemas estructurales: un país pobre; sector petrolero herido con producción entre 600 mil y 700 mil B/d con ingresos de 2.000 millones de dólares anuales; una banca sin suficientes recursos; una oferta restringida y una economía poco competitiva.
Las aseveraciones de Oliveros las dio en el marco del evento de perspectivas para el 2023, que organiza semestralmente el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, y donde destacó que la economía nacional es pequeña y frágil, desigual, con un sistema de precios destruido, con escaso crédito y baja competitividad.
La poca dinámica comercial se centra en las áreas de alimentos, tecnología y salud, mientras que la inflación sigue siendo alta y hasta en divisas, además de haber una dolarización transaccional que parece reactivarse cada día y agarrar fuerzas en algunas regiones más que otras.
Para Oliveros “desdolarizar” no será tarea fácil si se toma en cuenta que circulan $4.825 millones en efectivo versus $1.279 millones en bolívares, alertó tener presente el tipo de cambio oficial está sobre los Bs 28 Bs, el no oficial en Bs 30 y el de equilibrio en Bs 70, lo que podría ser una bomba de tiempo.
Dijo que las perspectivas para el segundo semestre apuntan a un aumento de flujos del gobierno, incremento moderado del consumo, aceleración de la inflación en bolívares y en divisas, mayor crédito bancario y más importaciones.
“Proyecta que el PIB se ubique al cierre del año en 3,4% (versus 7,6% de 2022); la inflación en 228,5% y el tipo de cambio oficial en Bs 61,23”.
Servicios públicos “sin servicio”
Por du parte la exministra de Finanzas, Egleé Iturbe, comentó acerca de la crisis de los servicios públicos en las áreas de educación, salud, agua, energía eléctrica, suministro de gasolina y gasoil y telecomunicaciones y su efecto en la población y en el desarrollo como país.
Advirtió que hay un deterioro de la infraestructura de los planteles educativos y deserción de docentes debido a los bajos sueldos. En la salud el gobierno invirtió sólo el 1,39% del presupuesto, cuando en el resto de Latinoamérica el presupuesto está sobre el 3,90%.
Finalmente, el tema del combustible sigue preocupando al venezolano por la baja capacidad de producción de PDVSA, las sanciones y la corrupción, que continúa ocasionando escasez e incide sobre el transporte público, y a los sectores agrícola y ganadero.
Redacción Caracas
