MADRID – Ni un paso atrás. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no quiere dar su brazo a torcer, pese a las presiones que altos cargos del Partido Popular estarían ejerciendo para que la política madrileña modere su lenguaje y flexibilice su posición intransigente. Recomendaciones inútiles. Díaz Ayuso sigue alimentando la crispación y tensando la cuerda en la polémica con los sanitarios en huelga.
Con un lenguaje agresivo e irreverente, Díaz Ayuso ha acusado a la izquierda de “manipular a los pacientes”. Y ha prohibido colgar en los Centros sanitario carteles alusivos a la huelga. Los sindicatos de los sanitarios, en los carteles, explican las razones de la huelga, sus reivindicaciones laborales y por qué no hay médicos en la atención primaria y pediatría. También denuncian el “desmantelamiento de la sanidad pública”.
La presidenta de la Comunidad considera que está prohibido colgar carteles en los espacios de los Centro sanitarios, cuando menos lo están aquellos ajenos a informaciones de los propios Centros. Por eso, dio ordenes de quitarlos.
La actitud intransigente de Díaz Ayuso preocupa en Génova. Y así se lo han hecho saber. Algunos altos cargos le habrían manifestado su malestar. Los médicos de atención primaria llevan alrededor de 10 semanas sin que se logre encontrar una solución satisfactoria tanto por los sanitarios como por la Comunidad de Madrid. Temen que el “impasse” pueda tener repercusiones negativas para los populares en la próxima cita electoral. Sin embargo, la presidenta de la Comunidad no escucha razones y sigue en su cruzada, fuerte del respaldo de la corriente más conservadora del Partido Popular. Sin embargo, en el ambiente más radical se empieza a hacer cálculos electorales y a evaluar los costes de prolongar el conflicto.
También a Alberto Núñez Feijóo preocupa que la huelga de los sanitarios de Madrid se prolongue más de lo debido. Hasta ahora, ha tolerado la rebeldía de la presidenta de la Comunidad de Madrid. De alguna manera, la presencia de Díaz Ayuso juega un doble papel. Por un lado, permite destacar el carácter moderado del presidente de los populares; por el otro, evita el goteo de simpatizantes del ala extrema del Partido Popular hacia Vox. Pero, todo tiene un límite. También para Núñez Feijóo.
Vientos de cambios. En una conversación informal con los periodistas que lo acompañan en su gira por algunas capitales europeas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha confesado su intención de realizar cambios en el gobierno. Estos se harán en marzo, coincidiendo con la salida de la titular de Sanidad, Carolina Darias, y de Industria, Reyes Maroto. Darias y Maroto son candidatas a las elecciones municipales. La primera a la Alcaldía de La Palmas de Gran Canaria y la segunda a la de Madrid.
Sánchez ha asegurado que la remodelación se limitará a los dos cargos que ocupan Darias y Maroto. Y, en particular, ha descartado cualquier cambio en el ala morada. La polémica desatada por la “Ley del solo si es si” ha dado pie a un sinfín de especulaciones sobre una crisis de gobierno. Mucho se habla de una posible salida de Irene Montero, ministra de Igualdad. De ser cierto, cambiarían los equilibrios en el gobierno. Por el momento, socialistas y Podemos descartan esa posibilidad. Respecto de los o las candidatas a los cargos que quedarían vacantes, el presidente Sánchez no ha soltado prenda.
Sánchez ha comenzado una ambiciosa gira por algunas capitales europeas. Se trata de una “misión exploratoria” en vista de la presidencia española comunitaria. La gira comenzó en Austria, con el encuentro entre Sánchez y Karl Nehammer. España y Austria tienen posiciones diferente en materia de inmigración. En esta gira, Sánchez también hablará con los representantes de Croacia y Eslovenia. También está previsto que viaje próximamente a Irlanda, Dinamarca y Finlandia.
Del éxito del “semestre español” depende la ambición de jefe de Gobierno de proyectar su imagen de líder internacional y también el rol futuro que España jugará en el concierto de las naciones europeas.
A.T/Redacción Madrid
