La jornada política – PP- Vox, sigue la crispación

Alberto Núñez Feijóo

MADRID – Reproches que van y reproches que vienen. El clima político, luego del anuncio del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, sigue enrarecido. Y las declaraciones de los líderes de las distintas facciones, no ayudan a bajar la crispación. Todo lo contrario. Las polémicas políticas antiaborto continúan cosechando tempestad.

En el Cuartel General de los populares, se respira un clima tenso de espera. Por un lado, se aguardan las próximas decisiones de Vox; y, por el otro, crece la expectación por los pasos que podría dar el presidente de la Junta. ¿Habrá elecciones anticipadas? Nadie se atreve a hacer pronósticos. Todos coinciden en afirmar que la responsabilidad de una decisión tan delicada recae en el presidente autonómicos. Hay consenso en afirmar que sería la “última ratio”. Alfonso Fernández Mañuecos ya transitó ese camino. Ahora, muchos coinciden en sostener que el remedio fue peor que la enfermedad.

Al silencio de los más, contrastan las palabras del portavoz del comité de campaña de los populares, Borja Sémper. Ha acusado al vicepresidente de la Junta de provocar “un requerimiento” del gobierno y de haber ofrecido a Moncloa, en bandeja de plata, la oportunidad de desviar la atención de temas que le estaban haciendo en enorme daño mediático y electoral. Empezando por el goteo de rebajas de penas por la Ley del sí es sí. Sémper ha considerado un “sinsentido” la iniciativa “provida” García-Gallardo

La polémica política que embistió al “gobierno” de Castilla y León genera confusión y preocupación en los conservadores. El presidente de los populares asegura que en Castilla y León “no habrá cambios en el protocolo de las mujeres embarazadas”. Vox insiste en que los nuevos protocolos deberán aplicarse sin demora y sin contemplaciones. Todavía resuenan las palabras de Ignacio Garrica, quien sustituyó Ortega Smith en la secretaría general de la formación ultra en octubre del año pasado: “No daremos ni un paso atrás con lo acordado”.

Vox amenaza con la ruptura, a sabiendas que no dará el paso definitivo. El Partido Popular espera, convencido de que no le convendría a nadie. Y el Psoe saca partido de los conflictos que Vox genera en el seno del sector conservador.

Contracorriente. El último “Barómetro” del Centro de Investigaciones Sociológica volvió a levantar suspicacias. El sondeo se llevó a cabo entre el dos y el doce de enero y, con algunos matices, confirma los resultados del anterior. De acuerdo con el Cis, el bloque progresista se fortalece en detrimento del conservador. Traducido en porcentajes, los socialistas aventajan a los populares en casi dos puntos. No mucho en realidad, habida cuenta de que siempre hay que tomar en consideración el margen de error.

El Psoe, de acuerdo con el sondeo, recibirían el 30,2 por ciento de respaldos al tiempo que el Partido Popular el 28,5 por ciento. Por su parte, Podemos, que alcanzaría el 14,2 por ciento, sería el único partido en crecer. Vox obtendría el respaldo del 10 por ciento, un 5 por ciento por debajo del resultado de 2019.

El líder mejor valorado es Yolanda Díaz (4,87). Le siguen Pedro Sánchez (4,38), Alberto Núñez Feijóo (4,27) e Iñigo Errejón (4). Último en la cola Santiago Abascal (2). Nadie logra aprobar.

Para Isabel Díaz Ayuso los problemas no terminan. La presidenta de la Comunidad de Madrid, quien enfrenta la revuelta de los médicos y enfermeras de la Atención Primaria, ahora tiene que lidiar con la crisis provocada por la dimisión en bloque de la cúpula en Chinchón. Un gesto, este, para manifestar el descontento por la imposición de la candidatura de Miriam Hernández en las próximas elecciones. Los dimisionarios consideran que Hernández, aparte de ser amiga de la presidenta, no posee el perfil adecuado al desafío que deberá enfrentar.

Las dimisiones, de alguna manera, reflejan el malestar que se está gestando en el Partido Popular de Madrid. Sus alcances son por ahora desconocidos.

Mientras Ayuso sortea las dificultades, Macarena Olona vuelve a dar de qué hablar. La otrora exponente de Vox, quien siempre ha hecho gala de sus ideas ultraconservadoras, se redescubre “progres”: denuncia los asesinatos machistas, condena la violencia homófoba, critica la discriminación racista. En fin, todo lo contrario de lo que ha sido su conducta cuando, en el hemiciclo del Congreso, se enzarzaba en polémicas para defender los “valores” y propuestas de Vox. ¿Un bulo como los tantos que circulan en las redes? ¿Una fake-news? Tal vez.

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