DENVER – La ciudad de Denver declaró estado de emergencia en respuesta a la llegada de cientos de migrantes en los últimos días, muchos de ellos venezolanos, como “un paso necesario para evitar una crisis humanitaria local”. El alcalde Michael Hancock indicó que la situación comenzó a gestarse “en meses recientes”, pero que desde la semana pasada llegan a Denver desde la frontera sur con México de 50 a 100 inmigrantes diarios de varios países de Latinoamérica, saturando los servicios de acogida municipales.
“Permítanme ser franco: esta afluencia de inmigrantes, la naturaleza imprevista de su llegada y nuestros retos actuales de espacio y personal han puesto una inmensa presión sobre los recursos de la ciudad hasta el nivel en que están a punto de llegar a un punto de ruptura en este momento”, explicó Hancock en una rueda de prensa.
Las autoridades locales calculan que más de 900 inmigrantes han llegado a Denver en los últimos meses, 600 de ellos en este mes de diciembre, en su mayoría procedentes de Venezuela, Nicaragua, Cuba, Perú y Ecuador.
“Lo que no quiero ver es una crisis humanitaria local de migrantes sin techo en nuestras manos debido a la falta de recursos”, agregó.
Con esta medida, las autoridades locales, empresas y residentes pueden solicitar ayuda económica a los Gobiernos federal y estatal para hacer frente a esta situación.
El alcalde pidió ayuda del gobierno federal al señalar que Denver ya gastó en menos de dos semanas unos 800.000 dólares en alojamiento, comida y servicios de salud para atender la llegada de migrantes y darles acogida, pero estima que esta cantidad aumente significativamente en los próximos días.
Denver “se encuentra ahora mismo en un estado de crisis y ciudades de todo el país se están viendo obligadas a hacer frente a algo para lo que no estamos preparados”, expresó.
Según los datos oficiales, las autoridades estadounidenses realizaron este año 2,7 millones de arrestos de migrantes en la frontera con México, una cifra récord. Sólo este lunes más de 1.500 personas cruzaron el fronterizo río Bravo y se entregaron a las autoridades en la ciudad de El Paso (Texas).
Muchos migrantes que permanecen en la mexicana Ciudad Juárez esperan que el levantamiento del título 42 en Estados Unidos, una norma sanitaria utilizada hasta ahora para repatriar a los indocumentados, y que vence el 20 de diciembre, les abra una posibilidad de ingreso, aunque ya las autoridades migratorias estadounidenses han advertido que se mantendrá la política de expulsión de migrantes ilegales con otra norma llamada Título 8.
“Quisiera ser claro sobre esto: con o sin Título 42, las personas que no puedan establecer un fundamento legal para permanecer en Estados Unidos serán expulsadas”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado este martes.
Según afirmó, el Título 8, que se aplicará a partir del 21 de diciembre, también contempla “procesos de expulsión acelerada” y comporta consecuencias como “la prohibición de reingreso por cinco años de las personas que sean expulsadas”.
