LA PAZ – El enfrentamiento entre la oposición y el gobierno de Bolivia por el censo poblacional cierra dos semanas de una huelga en la región de Santa Cruz con anuncios de mayores paros, mientras comienza a sentirse el desabastecimiento de algunos productos en el país.
Comités cívicos de todo el país, el Comité Nacional por la Defensa de la Democracia (Conade), diputados opositores y otras plataformas ciudadanas se han sumado a la huelga indefinida de los cruceños para exigir que se lleve a cabo el censo en 2023, fijando un nuevo paro de 72 horas a partir de este lunes, informaron medios locales.
“Tomamos estas medidas drásticas porque el Gobierno nos ha arrastrado a esto. El censo es una necesidad que pedimos todos para que se realice en 2023”, declaró el presidente del Comité Cívico de Tarija, Adrián Ávila al diario “El Deber”.
La encuesta censal, prevista para 2023, fue postergada por el gobierno central para 2024, alegando razones organizativas, lo que motivó las protestas que han llevado a choques callejeros entre manifestantes oficialistas y opositores.
El censo determinará mayores recursos públicos y escaños en el Legislativo para la región, así como un ajuste del patrón electoral a aplicarse en los comicios de 2025.
Mientras los huelguistas mantienen un paro de actividades, sectores afines al gobierno realizan un “cerco” contra la huelga, bloqueando caminos, exteriores de empresas, fábricas y refinerías para impedir el paso de alimentos y combustible.
Tras 14 días de conflicto, el desabastecimiento y encarecimiento de algunos alimentos, ha comenzado a golpear a varias ciudades bolivianas, pues la región de Santa Cruz, motor económico del país, abastece a la mayor parte del territorio.
Según testimonios recogidos por la prensa, los precios de la carne de pollo y de cerdo eran los más afectados, mientras comienza a escasear el combustible.
Redacción Caracas
