QUITO – El hallazgo de dos cuerpos colgando de un puente peatonal de la localidad costera de Esmeraldas (noroeste) este lunes, puso de nuevo en evidencia el azote de la delincuencia derivada del narcotráfico que vive el país ecuatoriano. Autoridades policiales informaron que encontraron “dos cuerpos suspendidos en el puente” y precisaron que ambos “se encontraban decapitados” en el centro de Esmeraldas, capital de la provincia que hace frontera con el convulso departamento colombiano de Nariño, reportaron medios locales.
El país vive una ola de criminalidad con una tasa de criminalidad que pasó de 14 muertos por 100.000 habitantes en 2021 a 18 muertos en octubre de este año. Bandas del narcotráfico sostienen una guerra por el poder, ensangrentando las calles y cárceles del país. El Ministerio del Interior y la Policía Nacional han registrado 145 atentados con explosivos en Ecuador entre enero y agosto de este año, un récord en la historia del país. 72 de ellos, casi la mitad, han ocurrido en Guayaquil.
En febrero pasado se produjo el inusual hallazgo de dos cadáveres maniatados y suspendidos de un puente peatonal de la población de Durán (suroeste), al estilo de crímenes de los carteles mexicanos. Luego se han registrado ataques con explosivos en varias partes del país como en el Cristo del Consuelo, en el puerto de Guayaquil donde cinco personas murieron en agosto.
Tras el atentado, el presidente Lasso declaró estado de excepción durante un mes en los cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón, para controlar la violencia y facilitar el despliegue de policías y militares en las calles.
Finalizado el plazo de 30 días del estado de excepción, el gobierno ecuatoriano renovó el decreto hasta mediados de octubre. El lunes 19 de septiembre, mientras estaba en vigencia la medida, fue asesinado a tiros el fiscal de la Unidad de Personas y Garantías de Guayaquil, Édgar Escobar, quien investigaba a organizaciones del crimen organizado relacionadas con el narcotráfico.
Redacción Caracas
