SAN JOSÉ – Los migrantes venezolanos podrían enfrentar mayores obstáculos en su accidentado camino hacia otras naciones de América y el Mundo, tras el anuncio de Costa Rica sobre un posible cambio en su política migratoria. El presidente costarricense Rodrigo Cháves anunció que aplicará «verdaderos cambios» a la política migratoria que ha seguido históricamente el país si no aumenta la ayuda internacional, en un contexto de grandes flujos de migrantes, en su mayoría venezolanos.
“La decisión que tomemos va a depender si ellos (los socios internacionales) están dispuestos a colaborarnos con el costo enorme que ha asumido la sociedad costarricense por años, al ser generosa y receptiva con esta gente en necesidad. Esto es un problema internacional que nos estamos comiendo nosotros”, expresó.
Ante la avalancha de migrantes venezolanos en el continente, muchos países como Chile, Ecuador, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago, República Dominicana, entre otros, han impuesto el requerimiento de visas, cupos y otros requisitos para su entrada.
Así miles de ciudadanos se agolpan en las fronteras de México con Estados Unidos, varados en un limbo burocrático o deambulan en las calles en Honduras, Guatemala, Nicaragua, Colombia y otros países de América Latina y el Caribe. Muchos de ellos en situación de indigentes, durmiendo en las calles, levantando campamentos o pidiendo comida.
Chaves manifestó preocupación por el reciente anuncio de las autoridades de Panamá acerca de que impedirán el ingreso desde Costa Rica de migrantes venezolanos que no cuenten con una visa.
«Nos preocupó muchísimo (el anuncio de Panamá) y estamos evaluando si es cierto y si Costa Rica entonces va a cerrar su frontera sur a las personas que no tengan visa costarricense», declaró en rueda de prensa.
Según cifras ofrecidas por el Gobierno costarricense indican que el 80 % de los migrantes que están ingresando desde Panamá son venezolanos. Se calcula que por día podrían estar cruzando la frontera entre 1.000 y 2.500 migrantes.
De esos, el 90 % de los venezolanos permanecen en Costa Rica entre 24 y 48 horas y luego siguen su camino, pero hay un 10 % que enfrenta problemas económicos, logísticos o de salud que les obliga a quedarse más tiempo, de acuerdo los datos gubernamentales.
Antes, el martes de esta semana el presidente panameño Laurentino Cortizo hizo una petición similar a Estados Unidos para atender el tránsito de migrantes venezolanos. “Panamá es un país con pocos recursos y estamos apoyando con el regreso de venezolanos a su país”, indicó el mandatario en una reunión con congresistas en Washington.
A la vez, ocho congresistas demócratas pidieron este miércoles al Gobierno del presidente Joe Biden, que expanda el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para los venezolanos que ya están en el país y que conceda un permiso migratorio humanitario a los que se encuentren en la frontera con México.
En una carta, los legisladores citaron la «crisis humanitaria en Venezuela» y el arduo camino que los migrantes emprenden, atravesando la selva del Darién entre Panamá y Colombia, como motivos para ampliar esas protecciones a los venezolanos.
«Les rogamos proteger a los venezolanos desplazados que viven en EEUU y los que buscan asilo en la frontera» sur del país, escribieron los congresistas, entre los que están Adriano Espaillat, que representa al distrito 13 de Nueva York y Jesús García, del distrito 4 de Illinois.
Según los datos recogidos por diversas organizaciones de las Naciones Unidas, la diáspora de venezolanos alcanzó a 6,81 millones de personas, hasta el pasado agosto, colocándose entre las tres mayores del mundo junto con Siria y Ucrania.
De ese total, la mayor parte, unos 5,75 migrantes, se encuentran en una lista de 17 países de América Latina y el Caribe. Sólo en Colombia se encuentran alrededor de 2,48 millones de venezolanos, siendo el mayor receptor.
Después de Colombia, sigue Perú que alberga al menos a 1,22 millones de venezolanos, Ecuador con más de 500.000, Chile con 448.00 y Brasil con 358.000.
Redacción Caracas
