ROMA. – La maquinaria que permitirá a los italianos en el extranjero -casi 5 millones en 200 países- votar en las elecciones del 25 de septiembre está en pleno funcionamiento, detalló hoy en la Farnesina, Luigi Maria Vignali, director general para los italianos en el extranjero y las políticas migratorias.
Una votación que llegará a Italia, como es habitual, por correo, la mayor parte entre el viernes 23 y el sábado 24, al aeropuerto de Fiumicino (in extremis el día 25), en 79 vuelos internacionales regulares.
Se trata de un operativo que compromete a 202 oficinas consulares que llevan dos días recibiendo los sobres y que se estima que tendrá un costo final de entre 25 y 30 millones de euros.
Los italianos ya han comenzado a votar y tienen hasta el 22 de septiembre. Se trata, precisó Vignali, de un “ejercicio sumamente complejo, donde hay muchas variables. No se han detectado problemas mayores. Hay episodios que hay que atender y los estamos enfrentando, pero todo avanza correctamente”.
Procedimientos complejos, por tanto, empezando por el número de electores (hace 20 años eran 2,3 millones, hoy más del doble), convocados en diez meses a tres consultas, primero los Comités, luego el referéndum de justicia y ahora las elecciones políticas.
En esta vuelta electoral se da prioridad a la seguridad, el secreto y la personalización del voto, teniendo en cuenta que “en algunos países este concepto podría desdibujarse” y que en Italia “está terminantemente prohibido entregar el sobre, se incurre
Por seguridad se ha fortalecido la herramienta de código de barras, que permite la trazabilidad del paquete con el material de votación y evita la duplicación; los sobres de votación no se pueden volver a abrir después de haberlos cerrado.
Además, se ha reforzado el número de Caribineros para los controles, con el fin de prevenir delitos o verificar los informes que llegan de los partidos o ciudadanos individuales.
Por el momento se conocen tres episodios de irregularidades (dos en Argentina, uno en Suiza), los tres ya denunciados a la Fiscalía. “Queremos prevenir y proteger al máximo el ejercicio del voto. Por ejemplo -dijo Vignali- en Argentina, donde está la comunidad italiana más grande, cerca de un millón de personas, se pueden geolocalizar los buses con los paquetes”.
Un desafío en el que se trabaja, prosiguió Vignali, es la certeza del padrón electoral; solo en 2021 hubo 235.000 cambios de residencia, 46.358 bajas (por fallecimiento). También se monitorean continuamente las pensiones pagadas en el extranjero (mediante videollamadas como prueba de vida) las cuales superan las 288.000 (aproximadamente 75.500 en América del Norte).
La novedad de este año se refiere al escrutinio que, a diferencia del pasado, cuando los sobres con los votos se escrutaban únicamente en el Tribunal de Apelación de Roma. Ahora también lo harán los de Nápoles, Florencia, Bolonia y Milán.
No hay temas críticos particulares también para los votantes en Rusia y Ucrania, “sabiendo – continuó Vignali – que quedan muy pocos compatriotas en este último país y, en cualquier caso, no en áreas de guerra. Los compatriotas que aún residen en Rusia están recibiendo los sobres electorales y están votando”.
