Sánchez “invitado especial” de Scholz a una reunión del Gobierno alemán

MADRID – No será una reunión bilateral. Tendrá un carácter más amplio. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido invitado por el canciller alemán, Olaf Scholz, a asistir, como “invitado especial”, a una “reunión de estrategia” del Gobierno alemán. No es algo que ocurra todos los días.

El encuentro tendrá lugar en el Castillo de Meseberg, tradicionalmente escenario de cumbres importantes. Construido a unos 70 kilómetros de Berlín, este castillo se ha transformado en una “guest-house” para líderes internacionales. En 2025 acogió la cumbre entre los entonces jefes de Gobierno, Angela Merkel y Mariano Rajoy. Allí, cerca del lago Huwenow, Sánchez y Scholz se reunirán el próximo martes, salvo imprevistos de última hora.

El encuentro entre ambos líderes posee un valor simbólico. De hecho, tendrá lugar en un momento especialmente delicado para los equilibrios políticos y económicos de la Unión Europea, con una guerra en curso y a las puertas de una “recesión técnica”. Los expertos lo consideran un adelanto de la bilateral fijada para octubre en Madrid.

Sin duda alguna, la “cuestión energética” será el platillo principal. Alemania, la locomotora de Europa, es uno de los países más dependientes del gas ruso. En un pasado reciente, esto no habría sido tema de preocupación. Sin embargo, ahora hay una guerra. Y Rusia podría cerrar el suministro de gas a Europa como reacción a las sanciones aprobada por la Unión Europa y a la ayuda militar que estale  está brindando a Ucrania. De ahí la búsqueda de soluciones alternativas. La construcción de un gasoducto que atraviese Europa desde España hasta Alemania es el proyecto que acarician Scholz y Sánchez.  Sin embargo, Francia ha manifestado dudas. Considera el proyecto irrealizable en tiempos razonablemente breves y teme que pueda representar un gasto enorme. De no lograr convencer a Macron,  Sánchez y Scholz tendrán que buscar alternativas. Y, por ahora, la única viable pareciera ser la construcción de un gasoducto que cruce el Mediterráneo desde Barcelona hasta Livorno. O, dicho de otra manera, desde España hasta Italia.  La construcción de un gasoducto submarino tiene su complejidad, pero, al igual que el terrestre por Francia aseguraría una nueva interconexión de gas que permitiría aprovechar las terminales de gas licuado en la península ibérica. Terminales, estos, que en un futuro podrían ser empleados para transportar hidrógeno.

La Comisión Europea reconoce que el proyecto que defienden España y Alemania es una prioridad. Y agradeció al Canciller alemana su interés en promoverlo a pesar del “nudo francés”

Los analistas consideran que Scholz invitó a Sánchez para analizar todos los aspectos relacionados con el gasoducto y echar las bases para un posible acuerdo que podría firmarse en la bilateral de Madrid

Redacción Madrid

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