MADRID – Madrid se apresura para activar cuanto antes el nuevo esquema jurídico de bajas emisiones en la capital. El Gobierno de José Luis Martínez-Almeida pondrá en marcha este viernes, en reunión extraordinaria, a la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible (OMS), un texto en el que se llevaba meses elaborando pero cuya aprobación se ha visto precipitada por la caída judicial del Madrid Central de Manuela Carmena.
Con la amenaza sancionadora de Bruselas, el Ejecutivo local puso sobre la mesa una norma que no gusta a las organizaciones ecologistas y que prevé un nuevo enfrentamiento con la ultraderecha. Sin embargo, desde el Gobierno municipal abogan por salvar la iniciativa con el apoyo de los cuatro ediles divididos de Más Madrid, abiertos a dar su voto en favor del texto.
Madrid, al igual que Barcelona, lleva años incumpliendo la norma europea de calidad del aire. Por eso, Bruselas decidió abrir un expediente contra España. El procedimiento quedó paralizado porque las medidas que se habían diseñado podrían suponer un adelanto hasta los límites de polución fijados.
La llegada de Almeida a Cibeles y su intento de suprimir las multas sobre las que se sostenía Madrid Central volvió a poner la mirada sancionadora de Bruselas sobre la capital. La decisión del Supremode tumbar el proyecto de Carmena al dar por buenos los argumentos de una denuncia del Grupo Municipal Popular aumentó el riesgo de la reprimenda europea.
El plan era que la nueva ordenanza estuviese lista en julio, pero el proyecto definitivo recibirá la aprobación por parte de la Junta de Gobierno un mes después. Madrid Central, que queda sustituido por Distrito Centro, lo que llevará un desembolso de casi 185.000 euros en el retoque de la señalización, de acuerdo a la memoria del proyecto inicial presentado el pasado mes de mayo.
El perímetro de aplicación es casi el mismo que el establecido por el anterior equipo de gobierno. Sin embargo, sí que incluye algunas modificaciones relacionadas con las entradas y salidas a la zona de bajas emisiones que se mantendrá activa en el centro de la capital.
Las organizaciones ecologistas consideran que la propuesta de Almeida supone un “retroceso importante” en unas “políticas de movilidad” que ya están muy asentadas en otros lugares, afrimó el coordinador de Ecologistas en Acción, Paco Segura.
Por su parte, la oposición ya ha anunciado que votarán en contra. “Más humo, más tubos de escape y más contaminación”, señaló esta semana la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre.
Desde las filas socialistas, su concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Ignacio Benito, criticó que la ordenanza vaya “en contra de las medidas que están tomando el resto de las ciudades europeas para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía”.
Al, PP y Ciudadanos no le dan los números. Con 26 asientos, necesitan cuatro votos más para lograr la mayoría absoluta. En condiciones normales, salvarían la papeleta con su principal socio externo: la extrema derecha. No obstante, Vox no parece dispuesto a pasar por el aro con esta cuestión.
Redacción Madrid