Alarcón: “El gobierno seguirá jugando a la dispersión del voto”

CARACAS – El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón,  señaló que el gobierno seguirá jugando a la dispersión del voto y a sustituir al G-4 y a Guaidó como referentes opositores, mientras que el referendo revocatorio presidencial debería llevarse a la mesa de la negociación, como un mecanismo para facilitar la transición.

Destacó que para el segundo semestre de 2021 se mantendrá el escenario de autoritarismo, en el que se sigue profundizando la situación actual, y el gobierno continúa controlando todas las instituciones sin posibilidad de que se dé una transición democrática.

Durante el evento Prospectiva Política 2021 Semestre II realizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB, el profesor precisó cuatro escenarios posibles: autocratización, militarización, transición tutelada y transición democrática plena.

El primero involucra la profundización de la situación actual; la militarización implica que la FANB asume el control cuando las protestas aumentan y se teme un derrumbe del gobierno; la transición tutelada es negociada y condicionada por actores vinculados al actual régimen, como la FANB; y la transición plena es el escenario ideal donde la oposición asume el poder de manera completamente e inicia un proceso de consolidación democrática.

Alarcón alertó que por los momentos la autocratización se mantiene, al tiempo que la comunidad internacional asume una actitud más conservadora. “El régimen, incluida la FANB, permanece cohesionado aunque con algunas diferencias internas que por ahora no amenazan su estabilidad. Los costos de tolerancia a un cambio político se mantienen altos, ahora más por el proceso que se sigue en la Corte Penal Internacional, lo que favorece la cohesión del régimen”.

Según su análisis, los costos de mantener el poder por la fuerza (costos de represión) se mantienen muy bajos dado que actualmente no hay prácticamente protestas masivas, lo que favorece la estabilidad del régimen.

No obstante, “la oposición continúa dividiéndose, situación en cierta medida estimulada desde el propio régimen a través de incentivos electorales (clientelismo político competitivo-electoral)”.

¿Quién ganará?

De cara a las elecciones que se realizarán el próximo 21 de noviembre, el profesor Benigno Alarcón recordó,  según la más reciente encuesta realizada por el CEPyG UCAB, que el chavismo resteado con Maduro concentra 9,5% de la población, mientras que el chavismo descontento con Maduro, 15,8%.

“Es decir, el chavismo representa una cuarta parte del electorado, mientras que la oposición que no apoya al liderazgo asciende a 18,4% y la que sí apoya al liderazgo es de 17,5%, lo que suma un 35.9%. El segmento “ninguno” se ubica en 38,8% y tiende a crecer. “Este grupo no se puede calificar como ‘ni ni’ –alertó-. Vota, no es indiferente, tiene preferencias políticas y es mayoritariamente opuesto al gobierno, pero no se siente comprometido con ninguno de los partidos o líderes de la oposición o el chavismo”.

En cuanto a la disposición al voto, 53% dijo que seguro lo haría mientras que 22,7% dijo que quizá. Pero el 85% de los que están seguros se encuentran dentro del chavismo; mientras los de la oposición son los que tienen más dudas de participar.

“El estudio permite ver que la participación del elector de oposición depende, principalmente, de lo que Guaidó y el G4+ decidan hacer. La abstención de Guaidó y el G4+ puede implicar una caída del voto opositor de hasta un 30%, mientras el llamado a votar de otros actores como Henrique Capriles, Timoteo Zambrano o Henri Falcón no aumentan la votación en ese escenario. Esto se explica por el hecho de que el liderazgo con mayor ascendencia en la oposición, a pesar del importante desgaste sufrido desde su aparición en escena en 2019, continúa siendo el de Juan Guaidó”.

Sin duda “Venezuela está frente a unos comicios donde a la oposición se le ha dividido, desde el régimen, entre la legal (la mesita) y la ilegal (partidos de la oposición mayoritaria). A la “ilegal” no se le permite participar, sus partidos fueron inhabilitados; la legal es la que está cooptada; es decir, controlada en buena medida por el gobierno (aunque no todos) y busca sustituir a la oposición mayoritaria. “El gobierno busca la dispersión del voto, sustituir al G-4 y a Guaidó como referentes de la oposición para legitimar a unas nuevas oposiciones variopintas, minoritarias y dispersas”.

Agregó el analista que cuando a la gente se le pregunta qué cree ocurrirá, la mayoría afirma que las elecciones se darán y Maduro seguirá en el poder, y si la gente cree que votar no podrirá ningún cambio, mucha gente se abstendrá porque las expectativas son bajas, de manera que las expectativas de participación en el proceso son bajas.

Los 4 escenarios

Alarcón identificó cinco alternativas: la primera “Atrévete a soñar”, es decir, la que “todos queremos pero es el más difícil de alcanzar” y apunta a que con observación internacional, la oposición unida participa y gana, obtiene un nuevo aire de legitimidad que impulsa una posible negociación con el gobierno.

En el escenario “La Pesadilla”, que es el más negativo y con observación electoral, la oposición unida participa y pierde los más importantes estados y ciudades, el gobierno domina los resultados electorales y se produce una debacle del G4 difícil de recomponer en el corto plazo.

El más probable para el analista es el escenario “Divide et impera”, con observación, implica que la oposición dividida va a elecciones y pierde. Si la observación presenta un informe positivo, se da una debacle del G4 y se genera una lucha por la sustitución del liderazgo opositor. Si el informe es negativo, el gobierno se atrinchera, con una alta probabilidad de que no se vuelva a permitir observación electoral internacional.

Finalmente el llamado  “Menos malo” no hay observación porque no se pueden cumplir los protocolos, la oposición decide no participar y el gobierno domina.

Todo es posible

El director del CEPYG indicó que en Venezuela desde hace años no hay condiciones electorales, pero esto no hace imposible que una transición política se dé por la vía electoral. “No necesariamente cualquier elección va a llevar a una transición; pero para lograrlo, hay que ir preparado con una muy buena estrategia, táctica, una fuerza humana organizada y que esté en todas partes”.

Dijo que en noviembre la oposición unida podría derrotar fácilmente al gobierno si tuviera los recursos y la estructura, de lo contrario, también podría ganar gobernadores y alcaldes en ciertos lugares donde cuenta con ventajas, explicó que el dilema de votar o no se resuelve votando, si se tiene por quién votar, de lo contrario, es sancionar al posible candidato único con la abstención, y es posible lo que mucha gente hará.

“La unidad es muy importante, el referente. Si se quita el referente, la gente se pierde, se dispersa el voto”, pues la unidad como un asunto de eficiencia política.

“Pero esa unidad, que es más que cuatro partidos, va a tener que reinventarse, revisar sus reglas de juego y abrirse a la crítica de la sociedad para salir fortalecida”, afirmó.

Redacción Caracas

 

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