MADRID – Hasta los momentos no hay confirmación oficial de la asistencia de Albert Rivera a la Convención Nacional del Partido Popular del venidero octubre. Las dos partes no hablan al del tema, mientras Ciudadanos juega sus cartas, para esquivar el papel del rival más débil. Los conservadores manifiestan: “No conozco ni he oído nada al respecto”.
Así se expresó la vicesecretaria de Organización del Partido Popular, Ana Beltrán en una entrevista concedida a La hora de TVE. El proceso de integración de Albert Rivera, como la OPA a Ciudadanos, se trabaja muy lento. Un movimiento tan crucial requiere de temple y en la zona noble de Génova lo tienen meridiano.
Lo que no ocultan es que la convención servirá como acto de presentación del “programa de Gobierno” del Partido Popular ante el futuro electoral próximo en 2023, con municipales, autonómicas y, quizás, generales a final del curso. Por ello, los conservadores lucirán fuerza y se mostrarán como “única alternativa” al sanchismo.
La vicesecretaria de Organización dijo que la junta conservadora contará con “mucha más participación social”, “escuchando a todos los sectores” de una sociedad civil a la que Pablo Casado rechazó hace menos de un mes, en Onda Cero, cuando ésta le dio la espalda en materia de indultos.
La Convención Nacional será en clave nacional y no se circunscribirá al “nivel interno del partido”. Los conservadores buscan la reacción de la ciudadanía para enfatizar, a la postre, en aquellos asuntos que “les quitan el sueño”. Sin embargo, inevitablemente, el foco mediático de esta convención se posa sobre Albert Rivera.
Durante este último año, la relación entre Pablo Casado y Albert Rivera se ha estrechado hasta tal punto que el ex de Ciudadanos actúa como una suerte de asesor para el presidente del Partido Popular.
Sin embargo, Casado entiende que una operación como esta necesita tanto de prudencia como de sabiduría. El líder del PP ya hizo un sondeo a las baronías conservadoras, poniendo sobre la mesa la posibilidad de que Rivera se situara como número dos por Madrid en las elecciones generales.
Una acción concluyente, pues la opinión de la generalidad de la estructura resulta vital para una operación de semejante relevancia, debido, sobre todo, a los posibles recelos que podrían aparecer con la adhesión de una figura potente como la de Rivera, que sería capaz de opacar al propio Casado. También están presentes las ambiciones del propio exdirigente de Ciudadanos, que “no aceptaría cualquier cosa” ni “nada por debajo de potencial vicepresidente”.
Redacción Madrid
