MADRID – Sólo el 15,8% de los jóvenes españoles vive emancipado en 2020, de acuerdo a los datos del Consejo de la Juventud de España (CJE). El organismo recoge estos datos en el “Observatorio de Emancipación”, presentado en el Congreso de los Diputados.
Al acto asistió la presidenta de la cámara, Meritxell Batet, quien calificó el acceso a la vivienda y al empleo como los “principales escollos” de la población menor de 30 años para poder salir de la casa de sus padres. España es el sexto en estado de la Unión Europea en tasa de emancipación más tardía.
“Los jóvenes son la renovación generacional que permite avanzar como sociedad”, señaló Batet. Y ofrece el parlamento como el camino para apostar por el futuro de este colectivo por medio de políticas públicas.
Por su parte Margarita Guerrero portavoz del CSE dijo que “es necesario nombrar la precariedad”, A su juicio, los jóvenes han sido el segmento de la población que más ha sufrido la crisis económica generada por la pandemia del covid-19. “Somos líderes en paro y cuando existe trabajo es temporal y precario”, denunció. El CSE establece que 1 de 3 personas menores de treinta está en riesgo de pobreza. “Tenemos sueños pero la realidad no nos los permite”.
La tasa de emancipación fue aumentando hasta alcanzar su punto máximo en 2007 con un porcentaje de 26,1%. Actualmente, la tasa se sitúa en el 15,8%, la más baja desde 1999. En cuanto al año 2019, la tasa ha caído 2,9 puntos, llegando en algunas Comunidades Autónomas más alta, como el caso de Asturias (5,3) y Castilla-La Mancha (4,5).
“El empleo y la emancipación no es que sea causa y efecto”, acota el sociólogo Joffre López Oller, uno de los investigadores del estudio. En 2020 los jóvenes que tienen trabajo y se han ido de casa de sus padres es del 35%, un dato también a la baja, ya que en 2008 era del 29%.
La tasa de paro es el porcentaje de la población que solicita trabajo de forma activa, pero según el sociólogo ignora a aquellas personas que ya han desistido en su búsqueda, y han optado, en algunos casos, por volver a estudiar, o aquellas que han conseguido un empleo, pero que no se ajusta a sus requerimientos. El paro juvenil en 2020 era del 30,2%, el segmento de edad con mayor tasa. Y además, el 52% de los empleos de estos jóvenes son temporales y el 21% son parciales, lo que dificulta la proyección en su futuro.
En ese sentido, el vicepresidente del Consejo de la Juventud de España, Adrià Junyent Martínez, solicita una reforma laboral que disminuya los contratos temporales y que ajusta el sistema de prácticas en las empresas. A su juicio, se deben eliminar las barreras de edad que tiene el Ingreso Mínimo Vital, que impide a los jóvenes menores de 23 años acceder al mismo y que exige a los mayores de esa edad haber vivido emancipados durante tres años y doce meses de cotización en la Seguridad Social.
El salario actual de los menores de 30 años se aproxima a los 940 euros al mes. Por lo cual, el CJE no ven posible que puedan comprar una vivienda, pero tampoco les permite alquilar un piso de manera individual.
“Ante la emergencia habitacional que estamos viviendo hay que responder de manera contundente. El acceso a la vivienda es uno de los mayores problemas de nuestro país”, establece Adrià Junyent Martínez. “Hay que regularizar el precio de los alquileres y aumentar el parque público de viviendas. Sólo el 1,6% de los españoles son beneficiarios de un alquiler social”, concluyó.
Redacción Madrid
