El aumento del salario mínimo en 2019 frenó nuevos empleos

MADRID – La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) realizada en 2019 hasta los 900 euros mensuales benefició a 1,3 millones de trabajadores, pero también supuso “una moderación inmediata” de la creación de empleo en aquellos puestos de trabajo con salarios más bajos.

Así lo determina el Banco de España en un artículo analítico presentado este martes, que sitúa la pérdida de empleo neta de los trabajadores afectados entre el 6 % y el 11 % es decir se frustró la creación de entre 78.000 y 143.000 puestos de trabajo.

El estudio se enmarca en la prudencia, luego de que a mediados del 2019 proyectara que impacto de la puesta en marcha de esta medida se situaría en 125.000 empleos. En esta ocasión, no obstante, el organismo no considera que la subida del salario mínimo provocara directamente un detrimento de la ocupación, pero sí que frenó las nuevas contrataciones entre los trabajadores con salarios más bajos.

El incremento del SMI realizado en 2019 resaltó por su cuantía, un 22 % -hasta 900 euros con 14 pagas al año, o 1.050 con 12 pagas-, la mayor en términos porcentuales llevada a cabo en España desde 1978. Desde entonces, el Ejecutivo ha iniciado un camino de aumento gradual del salario mínimo con el objetivo de situarlo en el 60 % del salario medio a lo largo del mandato. En estos momentos se encuentra en 950 euros con 14 pagas.

Dado que este colectivo representa alrededor del 10 % de los asalariados, la subida del SMI habría tenido un impacto en el empleo total de entre 0,6 y 1,1 puntos.

De acuerdo a estas conclusiones, los trabajadores con menor salario perdieron el trabajo con mayor probabilidad a lo habitual tras la subida del SMI. Y, en segundo lugar, la creación de empleo a esos niveles salariales se podría haber visto reducida sin haber sido compensada con nuevos puestos de trabajo a salarios un poco superiores.

El organismo considera como “un tanto sorprendente” que la subida del SMI de 2019 no implicara un incremento significativo del riesgo de desempleo en comparación con la subida de 2017. Sobre todo cuando el incremento de 2017 fue del 8 %, es decir, casi tres veces menor. “Este hecho es, en principio, un tanto sorprendente, dado que la subida de 2019 es mucho mayor que la de 2017 y, por tanto, cabría esperar impactos más que proporcionales cuanto mayor sea el incremento del SMI, al estar el nuevo mínimo más alejado de los salarios que cobraban los trabajadores con anterioridad a la subida”, indica el Banco de España.

El Banco de España asegura que “dada la compleja naturaleza poliédrica”, la decisión de aumentar, o no, el SMI no puede circunscribirse al impacto de este instrumento en un solo factor. “Es evidente que las decisiones de subida del SMI deben reposar en un estudio detallado de muchas otras consideraciones”, señaló.

Recomiendan que al tomar una decisión de subida del SMI, se debería analizar los resultados potencialmente positivos y negativos en las diferentes dimensiones y las consecuencias favorables y desfavorables para los diversos colectivos. “Sería conveniente analizar la importancia de los cambios en la renta de los diferentes colectivos, así como el impacto de estos cambios en variables agregadas relevantes, como el consumo, la inversión y el ahorro”.

Redacción Madrid

 

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