CARACAS – Autoridades chilenas, entre funcionarios de la Armada, la Policía de Investigaciones y la Municipalidad de Iquiqie, realizaron un procedimiento para desalojar a varias de familias, en su mayoría venezolanos, que se encontraban acampando en un balneario..
El desalojo se inició el martes 5 de enero para retirar a estas personas del lugar. Al menos 60 ciudadanos estaban durmiendo en el sector de Las Urracas. En el lugar donde dormían dentro de carpas, no se contaba con resguardo sanitario, baños para hacer sus necesidades y sin destino claro.
De acuerdo a las informaciones, los migrantes llegaron a Chile principalmente caminando desde Perú y Bolivia para buscar una mejor calidad de vida en la nación austral.
La zona de Iquique, está ubicada en Tarapacá, tiene meses recibiendo diariamente a migrantes venezolanos y de otras nacionalidades, a pesar de la pandemia por covid-19 y los controles migratorios. Estas personas aseguran, al igual que la mayoría, que tienen contactos en el país que les ayudarán a conseguir cómo mantenerse; cosa que no es totalmente cierta.
El intendente de Tarapacá, Miguel Ángel Quezada expresó que “la forma que ellos tuvieron de estar en el borde costero, no nos parece. Cuando uno llega a un país, tiene que respetar las normas de convivencia, y yo creo que ellos no la respetaron”.
Señaló que se está trabajando de la mano con la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y varias ONG para poderles dar a estas personas un albergue donde puedan ir al baño y vivir hasta que puedan resolver su problema.
La policía chilena justificó el desalojo manifestando que en el operativo realizado se fiscalizó a un total de 62 ciudadanos, (donde había 11 menores de edad) de los cuales 59 eran venezolanos, dos colombianos y un peruano, “donde 31 de ellos ya se encuentran denunciados a la autoridad administrativa por Infracción al artículo 69 de la Ley de Extranjería”.
De acuerdo a la información de la misma intendencia regional de Tarapacá, hasta noviembre de 2020, se contaron más de 4 mil inmigrantes que cruzaron la frontera en sólo tres meses, principalmente desde Bolivia.
Quezada calcula que en los albergues de la ciudad de Iquique había unas 1.700 personas, de las cuales el 98% eran venezolanos. Luego se conoció del traslado de unos 350 venezolanos, que permanecían en cuarentena y fueron trasladados a Santiago en unos autobuses dispuestos por el gobierno.
Chile fue uno de los primeros países en Latinoamérica que intentó poner orden en el flujo migratorio al exigir como mecanismo obligatorio el uso de la Visa de Responsabilidad Democrática (VRD), así como solicitar visado a los venezolanos que salen del país para buscar calidad de vida. No obstante, los caminantes buscan formas alternas de ingresar como son los pasos ilegales.
El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, ya había advertido que “aquellas personas que ingresan a Chile clandestinamente cometen un delito y van a ser objeto de un proceso de expulsión”.
