Advierten que cualquier tipo de control en la economía es inviable

CARACAS – Luego del rápido aumento de precios desde el comienzo de la cuarentena a mediados de marzo por la pandemia del coronavirus, el gobierno de Nicolás Maduro anunció que regularía 27 productos esenciales.

No obstante, esta vez no se fijó un precio único en bolívares para cada rubro, sino que los reguló en dólares y los ancló al tipo de cambio oficial de las operaciones de las mesas de cambio de la banca, que es anunciado diariamente por el Banco Central de Venezuela (BCV).

El ejecutivo ha presentado los cambios de precios como un resultado “del estudio de estructura de costos permanente con el sector productor, distribuidor y comercial de alimentos en el país, para garantizar el abastecimiento del pueblo”.

Sin embargo, en la lista publicada el miércoles 13 de mayo por el Ministerio de Comercio Nacional, cada uno de los 27 productos sostuvieron sus valores fijados en dólares y solo variaron en bolívares por la variación del tipo de cambio oficial.

El presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Felipe Capozzolo dijo que uno de los obstáculos del nuevo sistema de control de precios que permite que estos fluctúen, es la indexación al tipo de cambio del Banco Central.

Expresó que el control de precios no genera confianza y “termina cayendo en el pote común donde caen todos los controles”, indicó siguiendo la línea de que “en la calle hay un tipo de cambio distinto, que fluctúa de una manera distinta”.

“El comerciante, por más que se le quiera vender que es un control que se actualiza diariamente, siempre va a tener la duda, la suspicacia y el temor de que es un instrumento que en determinado momento se puede trancar y obstruir, y puede impedir que ocurra la reposición de inventario. Los controles tienen efectos perniciosos en la población”, señaló.

Reposición de inventarios

Capozzolo indicó que pese a que este sistema se puede estar actualizando cada dos días o todos los días, surge la duda de si en el momento en el que se va a reponer inventario, realmente se podrá acceder a la cantidad de divisas que se requieren.

“Esto puede hacer que la gente al final deje de ver los productos en los anaqueles y tenga que ir a verlos en manos de los bachaqueros que no están sujetos a regulación ni a inspección y que, de la manera más inescrupulosa, los venden a los precios que mejor se les ocurre”, advirtió.

Por su parte, Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, manifestó que cualquier tipo de control es inviable, en una economía hiperinflacionaria tan severa como la que ocurre en Venezuela desde 2017, y que registró en abril un promedio de 80%, de acuerdo a los cálculos de la Asamblea Nacional (AN).

“El control no tiene sentido en una economía hiperinflacionaria, donde uno de los mayores temores es no poder garantizar la reposición y tener pérdidas significativas de inventario”.

El economista señaló que uno de los riesgos en el mediano plazo al anclar los precios regulados al tipo de cambio del BCV, es que la tasa se retrase con respecto a la tasa paralela.

“Es un riesgo importante porque si eso ocurre, entonces esa referencia no va a ser la adecuada y eso va a significar problemas para las empresas”, comentó.

Las empresas, que necesitan grandes cantidades de divisas para mantener su operatividad, adquieren dólares a una tasa muy superior que los índices que marcan, tanto del BCV como del dólar negro.

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