En Venezuela, la ciudadanía ha tenido que recurrir a canales alternativos para poder acceder a la moneda nacional o sencillamente seguir haciendo uso de divisas para adquirir bienes y servicios.
Si bien es cierto que dicha situación ya estaba teniendo lugar en el país, el aislamiento ha causado una mayor notoriedad del problema, dado que las personas están aún más limitadas al acceso de bolívares.
La banca sólo trabaja de manera online, por los que la taquilla no es una posibilidad. Asimismo, son contados los cajeros que tienen efectivo y en caso de ser cargados de billetes, las colas son muy largas.
Ante esta situación, se han dibujado tres panoramas. Hay quien señala que desde que comenzó el confinamiento no ha vuelto ver un bolívar en efectivo.
Otros, apuntan que recurren a las compras en dólares, dado que en algunos casos el vuelto es entregado en bolívares ante la falta de sencillo en divisas.
Por otra parte, están quienes recurren a ir donde un cambista, por lo general es un comerciante que cobra 30% por la transacción. Indistintamente del panorama es indiscutible que existe un problema respecto a la circulación de bolívares en el país en medio de la pandemia.
