Empresas del plástico trabajan al 20% de su capacidad

CARACAS – María Auxiliadora de López, representante de la industria del plástico en Carabobo, informó que el sector opera a 20% de su capacidad instalada debido a la falta de materia prima.

Informó que la empresa Pequiven, principal proveedor de materia prima en el país, se encuentra prácticamente paralizado desde hace dos años y los empresarios deben recurrir a las importaciones para mantenerse operativos, lo que significa una serie de obstáculos debido a la crisis que sufre el país.

En cuanto a la materia prima, comentó que estaban recibiendo una gandola que equivale a 30 mil kilos y luego bajaron las entregas a dos paletas que son 3 mil kilos, y en la actualidad no les  despachan absolutamente nada.

“Tenemos prácticamente dos años sin materia prima, lo que hemos hecho es traer material de Colombia, de Brasil. Tuvimos que reinventar y estamos reciclando”.

López, quien también pertenece a la Cámara de Pequeños-Medianos,Industriales y Artesanos, dijo que debido al sistema de importaciones, la estructura de costos de los productos que se exponen en el mercado está afectado y se encarecen.

Detalló que ahora los supermercados tienen que vender las bolsas, y anteriormente no lo hacían. “Lo que pasa es que se está trayendo materia prima de afuera y eso aumenta su costo, porque es difícil mantener una estructura de  valorización con todas las variables. En el sector alimento, los empaques tienen un costo bastante elevado, las viandas de comida, todos los productos de plástico aumentaron una barbaridad”.

Además como en otros sectores productivos del país los problemas de tener personal especializado y obrero se ha visto afectado por la diáspora, aunado a las constantes fallas en los servicios públicos ya conocidos.

Por su parte, Tito López, coordinador de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), detalló que los apagones de luz retrasan o impiden el proceso de elaboración de productos ocasionando pérdidas millonarias de bolívares.

“Si están fabricando un alimento fotosensible a la luz que debe ser rápidamente empacado y hay un bajón de electricidad, este producto se pierde. Lo mismo pasa con los medicamentos que deben ser refrigerados a siete u ocho grados bajo cero cuando se va la luz: se pierden”, dijo.

Asimismo, argumentó que la maquinaría industrial se descalibra al momento de un descenso de electricidad y al esta volver, tarda en reanudarse el proceso de trabajo.

Las empresas pagan a los empleados horas que no son productivas y algunas veces tienen que darles el día libre: “Esta situación no ayuda a las industrias que desde hace meses trabajan al 19% por los problemas con el servicio”, expresó.

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