CARACAS.- La tendencia mundial indica que 10% de la población padece una pérdida de la audición y las estadísticas que reportaban las maternidades venezolanas indicaban la pérdida auditiva o hipoacusia como el defecto congénito más común entre los niños nacidos vivos, muy por encima de la hendidura del paladar o labio, el síndrome de Down, la anemia falciforme o el hipotiroidismo. De allí que sea tan importante la formación de especialistas capacitados para atender a esta población, más aun, cuando el marco histórico así lo exige.
La Universidad de Miami ha invitado al otorrinolaringólogo, otólogo, especialista en neurotología y cirugía de base de cráneo, Juan Armando Chiossone Kerdel, a formar parte de su cuerpo de profesores e incorporarse a uno de los centros líderes en educación, investigación y atención a pacientes con discapacidad auditiva. Adicional, Chiossone dirigirá el centro de formación microquirúrgica donde podrá desarrollar su amplia experiencia en formación quirúrgica, en un centro de alta calidad internacional, desde el cual podrá replicar sus conocimientos para dar continuidad a su labor docente adaptada a los nuevos tiempos de la educación a distancia.
Pasión por la enseñanza
“Voy a estar presente lo más que pueda colaborando con la formación de especialistas venezolanos, porque mi pasión siempre ha sido la enseñanza”, comenta Chiossone, quien también es director del Programa de Implante Coclear y vicepresidente ejecutivo de la Fundación Venezolana de Otología (FVO). El especialista desarrolló el programa de implante coclear en el Hospital Universitario de Caracas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), siendo la primera institución pública en realizarlo y la unidad de cirugía de base de cráneo.
En esa casa de estudios se desempeñó durante tres años como jefe de la Cátedra de Otorrinolaringología y, junto a los doctores Jorge Hernández y José Miguel Ercolino estableció el laboratorio de Neurofisiología y Neurotología experimental de la UCV.
Hijo del doctor Edgar Chiossone Lares, otorrinolaringólogo, pionero de la otología en el país, era predecible su vocación médica. Bajo el liderazgo de su padre inició el 10 de marzo de 1992 el Programa Nacional de Implante Coclear. Para el momento, Venezuela era el tercer país en América Latina -después de México y Brasil- que incorporaba esa tecnología, lo cual la situaba como un referente en la región, incluso, los profesionales de la época asesoraron los programas en Colombia, México, Perú, Bolivia, Cuba, Puerto Rico, Polonia y España.
“El desarrollo del programa llegó a ser uno de los más importantes del continente con más de 1200 pacientes beneficiados”, subraya Chiossone hijo, quien en aquel momento fue invitado como cirujano para iniciar programas de implantes cocleares en México, Puerto Rico, Perú, Bolivia, España, Polonia, Argelia, Egipto y China.
“Entendiendo que la pérdida de la audición ocurre en cualquier parte del mundo, en uno por cada 1000 nacidos, nosotros en Venezuela deberíamos tener un estimado de entre 500 a 600 pacientes niños que nacen sordos por año. Hay una regla que estima, incluso en países desarrollados, que solamente alrededor de 30% a 40% logra tener un implante coclear, esto debería situarnos en cerca de 150 a 180 implantes por año”, detalla Chiossone.
Conferencista nacional e internacional y profesor invitado en universidades de Colombia, España y Estados Unidos, continuará el legado educativo de su padre para formar en entrenamiento quirúrgico y cursos que conviertan a otros especialistas venezolanos en referencia internacional, que puedan beneficiar a pacientes con sordera profunda que no se benefician de audífonos convencionales y darles así la gran posibilidad de escuchar.