CARACAS – El Ministerio de Petróleo y Minería (Minpet) publicó el valor de la criptomoneda venezolana, el Petro, la cual se ubicó en 49.40 euros y 384.20 yuanes.
En la tabla ofrecida por el Ministerio, se observa que los precios de la criptomoneda se cotizan tanto en yuanes, como en euros. Se espera que una vez inicie la venta del criptoactivo en el mercado secundario, el próximo 20 de abril, se establezca su valor en bolívares.
El presidente Nicolás Maduro anunció el pasado jueves que al día siguiente comenzaba la oferta pública del Petro. De acuerdo con la información inicial suministrada por el Estado, el valor de esta moneda equivaldría al precio de un barril de petróleo.
El día viernes, en el arranque de la oferta pública, el Petro se cotizó a 49.47 euros, equivalente a un poco más de 60 dólares. Al cierre de la semana del 23 de marzo, el precio de la cesta venezolana de petróleo se ubicó en 59.88 dólares. Esto significa que el valor del Petro, en este momento, está ligeramente por encima del barril de crudo.
Valor del Petro: ¿Un espejismo?
Atrapados en una hiperinflación agobiante y una crisis económica que no cesa, el Gobierno decidió lanzar el Petro como una alternativa para las transacciones comerciales.
El Petro está respaldado por más de 5.300 millones de barriles de petróleo del campo N°1 del Bloque Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Sin embargo, según declaró el diputado y economista José Guerra, apelando al artículo 12 de la Constitución, “las reservas petroleras no son enajenables y no se pueden dar en garantía”.
Además, agregó que “para realizar una transacción en petros, ello exige que primero se establezca una relación entre el bolívar y el Petro, debido a que esta supuesta moneda no tiene valor intrínseco”.
Nacimiento entre dudas ¿Éxito o fracaso?
Tras un mes de preventa privada en la que según el presidente Nicolás Maduro se recibieron “ofertas de intención de compra” por 5.000 millones de dólares desde 133 países, el pasado viernes inició una venta pública que finalizará a mediados de abril.
Pese al amplio despliegue mediático, el desconocimiento ha reinado.
La confusión llegó al punto de que una de las principales tiendas por departamentos del país colgó en sus vitrinas carteles con la leyenda “aceptamos Petro como método de pago”, pero los retiró a las pocas horas porque los empleados no sabían qué decir a los interesados.
“No disponemos de información sobre cómo funcionaría el cobro a los clientes, por eso los quitamos”, comentó el gerente de una sucursal a la AFP.
Esta moneda digital nació ante la caída de la renta petrolera – fuente del 96% de los ingresos del país – y las sanciones estadounidenses que obstaculizan el acceso a financiamientos y transacciones externas.
Recientemente, Washington prohibió a las empresas y ciudadanos de Estados Unidos negociar Petros, lo que se suma a las sanciones previamente aplicadas.
Expertos como Oliveros dudan de las posibilidades de éxito del Petro ante lo que consideran un errático manejo económico.
De igual manera, un déficit de 20% del PIB y una hiperinflación que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta en 13.000% para 2018 alimentan la desconfianza.
Maduro informó que los petros podrán adquirirse con euros, rublos, yuanes, liras turcas, y tres criptomonedas: bitcoin, ethereum y zen.
Se transarían, además, en casas de cambio virtuales en las que aún no están disponibles.
El jefe de Estado, al rendir cuentas sobre la preventa privada no precisó cuántas unidades se negociaron ni su cotización. “No sabemos de dónde salen esos 5.000 millones de dólares”, dijo Oliveros.
El “precio de venta de referencia” se fijó en 60 dólares, equivalente a la cotización del barril de crudo venezolano. El Gobierno aclaró que el mismo podía variar.
Según la hoja de ruta, el Estado se reserva 17,6 millones de los 100 millones de unidades de la emisión. El resto se ofertaría entre la preventa privada (38,4 millones) y la venta pública (44 millones).
A 60 dólares, el máximo recaudable en la preventa es lejano al monto anunciado, salvo si hubo cambios en la emisión, lo cual minaría la “confianza”, señaló Oliveros.
Karen Valero
