Camino
Hay una grieta
entre el latido y el eco
donde la sombra
del alma se sienta
a escuchar
el murmullo del tiempo.
No es ausencia,
es la voz que no
quiere nombrarse,
el tacto sin piel,
la lágrima
que no quiso caer.
La soledad no camina,
se posa en los hombros
como el recuerdo
de algo que jamás pasó,
como el momento olvidado
antes de ser dicho.
No pregunta,
no exige, no duele,
es la noche sin estrellas,
el infinito mar sin orilla,
el “te amo” en una
lengua desconocida.
El vacío no es carencia,
es la belleza en no ser visto,
y fuerza en abrazar lo invisible.
Giampiero Posa