De aprobarse la operación diseñada por el BBVA, se estaría profundizando el proceso de concentración bancaria, un proceso que comenzó hace unos 15 años tras la crisis financiera
MADRID – La “Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia” (CNMC) aprobó la operación. Así que, ahora, el Gobierno, aunque el trecho a recorrer sigue siendo todavía largo y faltan obstáculos por superar, tendrá la última palabra. La Opa lanzada por el BBVA al Banco Sabadel se avecina un paso más a su desenlace
“Todavía es prematuro anticipar una decisión – dijo la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El Gobierno, también comentó, se tomará su tiempo. Antes de dar a conocer su decisión, analizará el dossier atentamente y con “rigor”. De acuerdo con la normativa establecida, el Ministerio de Economía, luego de recibir el informe de la “Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”, tendrá 15 días para remitir el caso al Consejo de ministros con las respectivas recomendaciones. Y este, al cabo de un mes, tendrá que emitir un veredicto: puede no poner objeciones a la operación, como hicieron la Comisión Europea y la “Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”, o, de considerar la operación poco oportuna para el interés público, añadir nuevas condiciones que desaconsejen al BBVA seguir en su propósito. Lo que el Gobierno no puede hacer es prohibir la operación.
La Opa divide al Gobierno. De hecho, las palabras prudentes de la vicepresidenta segunda, María Jesús Montero, contrastan con las de la también vicepresidenta, pero segunda, Yolanda Díaz. Esta calificó de “muy mala noticia” la resolución de la “Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”. Y reiteró que la Opa “va a tener efectos negativos”.
“Se están planteando 5.000 despidos en el sector por el cierre de oficinas – dijo Díaz, quien considera que afectarían las zonas menos pobladas. Se presentaría “un gran problema doméstico” porque se estaría dificultando el acceso a la banca. Díaz, quien instó al Psoe a actuar, recordó que, “en esta materia”, la última palabra le corresponde al Gobierno.
Otros sectores comparten la preocupación por la concentración bancaria. Pepe Álvarez, Secretario General de la UGT, observó que la Opa del BBVA “tiene consecuencias sobre la competencia entre las entidades”.
“Habrá reflejos negativos sobre los precios de los servicios financieros” comentó Álvarez quien también teme el “cierre de sucursales, el deterioro de los servicios y la brecha digital que existe entre buena parte de la población y las entidades financieras”.
Por su parte, Unai Sordo, Secretario General de CCOO, pidió que “no se lleve a cabo” la operación del BBVA por “sus consecuencias indeseables”.
De aprobarse la operación diseñada por el BBVA, se estaría profundizando el proceso de concentración bancaria, un proceso que comenzó hace unos 15 años tras la crisis financiera. Esta dejó tres grandes bancos – léase BBVA, Santander y Caixabank – y otros menos grandes. A saber, Bankia y Sabadell. En otras palabras, se asistiría al fortalecimiento de algunos bancos, en un mercado con menos competidores. Además de las repercusiones macroeconómicas, la Opa, de llevarse a cabo, podría traducirse en el cierre de oficinas bancarias y, en consecuencia, en la merma en la calidad de los servicios al cliente. Los más perjudicados serían los pueblos y las aldeas en las España rurales.
Redacción Madrid
