2025, el Gobierno buscará reconducir el debate político hacia los logros en materia económica

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez


Hará esfuerzos para proyectar su logros, empañados por la campaña de descrédito de los conservadores que afianzan su argumentario en la corrupción que parece involucrar al entorno más cercano al jefe de Gobierno


MADRID – Para el Gobierno, este debería ser un año de relativa calma y tranquilidad. No hay elecciones en el horizonte. No las hay europeas, no las hay generales y no las hay autonómicas o municipales. La ausencia de la crispación que provoca la confrontación electoral debería permitir al Ejecutivo gozar de un período de relativa tranquilidad. En fin, de un clima de normalidad en la arena política, a pesar de las provocaciones de Vox que, como ha hecho hasta ahora, buscará la desestabilización con su estrategia de “confrontación”.

Frente a la oposición, decidida a mantener la atención en el ámbito judicial, el Gobierno apuesta a poner el acento en lo que más le importa a los españoles. Los desafíos en su agenda serán la vivienda, la educación, la sanidad y la economía, amén de la reducción de la desigualdad y la pobreza infantil.

A pesar de no haber en agenda elecciones generales, es posible que algún presidente autonómico considere oportuno, por mero cálculo político, adelantar el proceso electoral en su Comunidad. En especial, lo es en aquellas comunidades en las cuales el matrimonio entre el Partido Popular y Vox se torne insostenible. El detonante podría ser el examen de los presupuestos.

El Gobierno observa con justificada preocupación las tensiones entre los partidos a su izquierda. Teme que la pugna entre Sumar y Podemos pueda beneficiar a los conservadores. El Partido Popular espera sacar provecho de las divergencias que dominan el espectro progresista. La ausencia de las tensiones producto de campañas electorales debería permitir a Sumar y a Podemos recomponer sus filas y avanzar en un análisis sosegado de sus objetivos. Sumar no parece despertar el mismo entusiasmo que cuando era apenas un proyecto. Los resultados electorales adversos han puesto a prueba su cohesión. Y, aún más, los ha puesto en tela de juicio el cisma de Podemos. Para la vicepresidenta Yolanda Díaz se torna indispensable volver a recomponer un partido producto de la alianza de distintas almas con distintos propósitos. La “transversalidad”, que es su fortaleza, también es su debilidad mayor.

Podemos, por su parte, lucha por recuperar un espacio a la izquierda del PSOE que hasta hace poco le pertenecía. Por una parte, apuesta por la independencia del PSOE y, por otra, busca no perder su identidad. Las tensiones entre Sumar y Podemos, que no logran cohabitar en un mismo espacio, crean malestar en toda el área progresista y debilitan el primer gobierno de coalición de España.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, buscará este año reconducir el debate político en el terreno que le es más favorable: el económico. Hará esfuerzos para proyectar sus logros, empañados por la campaña de descrédito de los conservadores que afianzan su argumentario, con o sin razón, en la corrupción que parece involucrar al entorno más cercano al jefe de Gobierno. Y buscará hacerlo con cierta celeridad. La coyuntura internacional podría frenar el auge registrado en 2024 en lo económico. En particular, el país podría resentirse de la inestabilidad política que se manifiesta en Francia, en Alemania y en otros países de la Unión; del “make America great again” de Trump, filosofía que impulsa su estrategia política y económica; y del curso que tendrán las guerras en Ucrania y Gaza. Todos estos son factores exógenos que escapan a su control y podrían empañar la imagen de Pedro Sánchez a nivel internacional.

Este año el Gobierno buscará tomar la iniciativa en el debate político esgrimiendo cuestiones que atañen a los españoles más que la “cuestión moral de la corrupción”. A saber, la vivienda, la educación la sanidad y la economía “in primis”.

Redacción Madrid

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