CARACAS – Más de 500 nicaragüenses han sido despojados de su nacionalidad y unos 76 permanecen detenidos de manera arbitraria, indicó la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos al denunciar un aumento de la represión política y violaciones de derechos humanos en Nicaragua.
Según el organismo internacional, el gobierno sandinista de Daniel Ortega le retiró la ciudadanía a 546 compatriotas que fueron expatriados, de los cuales 135 fueron expulsados solamente en septiembre.
La alta comisionada adjunta para derechos humanos, Nada al Nashif, señaló que muchos de los expatriados viven en un estado precario en el extranjero, a menudo sin estado definido, ya que el gobierno se niega a renovar sus pasaportes, eliminando efectivamente su identidad legal. Además sus activos en el país le fueron confiscados.
Asimismo Al Nashif denunció detenciones arbitrarias de varios oponentes políticos, líderes indígenas, líderes religiosos y defensores de los derechos humanos. En los últimos días de noviembre, señaló que al menos 30 personas, incluyendo tres niños, fueron detenidas arbitrariamente.
Denunció violaciones al debido proceso, desapariciones forzadas y condiciones de detención deplorables, así como torturas físicas y psicológicas, incluyendo privación de sueño y negación de atención médica.
La alta comisionada destacó además que las autoridades nicaraguenses están impulsando reformas legales destinadas a concentrar más poder en la Presidencia y a criminalizar la disidencia.
Entre ellas, mencionó las que consideran las actividades en redes sociales como posibles amenazas a la “estabilidad social”, allanan el camino para mayor persecución política y la erosión de los derechos fundamentales, enfatizó.
Redacción Caracas