España, Astrid Barrio: “Las elecciones del 28M darán pautas, pero no serán determinantes”

MADRID – “Hay tres argumentos que hemos de plantearnos cuando hablamos de la participación de los exetarras en la política. Por un lado, la cuestión moral. Es difícil vincularla o desvincularla de la política. Los exetarras, o sus herederos, nunca han pedido perdón. Y todavía quedan 300 asesinatos por resolver. Hay el dolor de las víctimas. Hay una deuda moral con la sociedad”. A pesar de su hablar raudo, sus palabras suenan claras y diáfanas. Astrid Barrio es profesora titular de Ciencias Políticas de la “Universitat de Valéncia” y miembro del equipo de intelectuales encargados por Pere Aragonès de construir una propuesta de “Acuerdo de Claridad”; una propuesta que permita la articulación de Cataluña dentro de España.

A estas alturas, ETA debería ser una etapa, una triste etapa de la historia contemporánea de España, como lo han sido la guerrilla en América Latina, y en Venezuela en particular, o las Brigadas Rojas en Italia. La sociedad debería tener la capacidad de cambiar página, sin olvidar. Por eso llama la atención que se evoque reiteradamente el terrorismo para mover al electorado. A los terroristas se pide que dejen las armas y la violencia, que acepten el juego democrático; pero, cuando lo hacen, en lugar de integrarlos, se les reprocha el pasado y se trata de aislarlos.

– Para muchos – continúa Barrio -, esta deuda moral representa un límite para aceptar a exetarras, algunos de ellos con delitos de sangre, en las listas electorales. Ha pasado en muchas ocasiones. No es la primera vez; no es algo nuevo. Luego hay la dimensión política. Es mejor que participen. Y que, por lo tanto, acepten las reglas y defiendan su proyecto político por los canales institucionales. Por último, está la cuestión legal.

Explica que la “Ley electoral permite que puedan postularse”. Y que, además, “el sistema penal español está pensado para reinsertar y no para castigar”.

– Estas personas han cumplido sus condenas penales – precisa -. Por lo tanto, ¿qué mejor manera de promover su inserción en la sociedad que permitiéndoles participar activamente en la vida política? Hemos de estar conscientes de esta triple dimensión. Desde el aspecto legal, desde el ámbito político, su participación tiene legitimidad. Sin embargo, no se pueden pasar por alto las heridas que aún no han cicatrizado porque ellos no reconocen el dolor que han causado. Y, sobre todo, porque quedan 300 asesinatos por aclarar.

Crispación política y movilización

Reproches y acusaciones. El clima electoral es cada día más encrespado. Estamos en la recta final. El domingo 28 de mayo tendrán lugar las elecciones municipales y autonómicas cuyos resultados lucen inciertos. En nada ayudan los sondeos los cuales en lugar de despejar dudas siembran incertidumbre. Mucho menos, lo hacen el tono y el lenguaje cada vez más vehemente, impulsivo y, las más de las veces, excesivamente agresivo de los candidatos.

La politóloga Astrid Barrio

– ¿Cuáles efectos podría tener en las elecciones del 28 de mayo la crispación política que ha caracterizado las últimas semanas de campaña electoral?

– Creo que esta crispación es utilizada por los partidos para tratar de movilizar a los suyos. El último debate en el Senado fue muy revelador al respecto.

– ¿Realmente podría alimentar una mayor movilización del elector indeciso?

– Creo que están tratando básicamente eso: movilizar sentimentalmente a los suyos. En España, a pesar de que haya muchos indecisos, gana aquel que consigue movilizar a los suyos. Por lo tanto, se busca evitar que se queden en casa. Supongo que también se busca pescar entre los indecisos, de un lado y del otro. Situaría este clima de crispación en esta lógica de campaña, en la necesidad de apelar a los instintos más básicos.

– En la cita electoral del 28 de mayo,  el PSOE es el que tiene más que perder. Después del resultado de 2019, debe tratar de retener al mayor número de Comunidades y Alcaldía. La atención está puesta en Valencia, en Barcelona. También, en Asturias y Baleares. ¿Qué tienen de especial estas Alcaldías, estas Comunidades?

– La Comunidad Valenciana ha sido históricamente, desde los años 90, el gran feudo del Partido Popular – explica -. En las Islas Baleares ha habido una mayor rotación y, en algunos casos, también en Aragón. Creo que el elemento simbólico fundamental serán la Comunidad Valenciana y la Alcaldía de Barcelona. Son el gran trofeo que van a intentar exhibir. Hay que tomar en cuenta que buena parte del declive de los “populares” es consecuencia de los casos de corrupción que se expresan en la Comunidad Valenciana, aunque luego se extiendan a todo el partido. De modo que para el Partido Popular recuperar el que ha sido uno de sus feudos tradicionales tiene un gran valor simbólico. En Barcelona, la batalla es otra. Se sitúa entre el independentismo, representado por “Junts per Catalunya”, y “Esquerra Republicana”. Habrá que ver si “Junts per Catalunya” podrá golpear a los republicanos. Muy importante, luego, es el resultado que logre Ada Colau quien, en el fondo, es la candidata de Yolanda Díaz. Si logra mantener la Alcaldía puede ser un trampolín para Yolanda Díaz de cara a las elecciones generales.

Comenta que “aunque Yolanda Díaz no se presenta, está presente” para luego añadir al rompecabezas del 28M otro protagonista: Podemos.

– También está por verse, no específicamente en Cataluña, pero sí en el resto de las comunidades Autónomas, cuál es la fuerza actual de Podemos – nos dice -. Es otra de las incógnitas, de cara a una posible confluencia. El papel que puede tener en otros espacios, en otras Comunidades Autónomas, podría condicionar una posible confluencia en el movimiento de Yolanda Díaz. Creo que es muy difícil que todo caiga en manos de un mismo partido. No hay ninguno que esté en una clara ola ascendente. La última encuesta del CIS apunta a un equilibrio. Las fuerzas políticas parecieran estar muy igualadas. Eso también pone de manifiesto que, en muchos casos, los terceros partidos serán decisivos. Entonces, el papel de Podemos, el de VOX, el de las confluencias y el de los partidos de ámbito no estatal son importantes en la Comunidad Valenciana, en Barcelona, en Asturias, en Navarra. Pueden provocar situaciones que acaben decantando el voto a favor o de una u otra mayoría.

 Los partidos jóvenes

Astrid Barrio es profesora de la “Universitat de Valencia” y vive en Barcelona. La conversación, gracias a la magia de las nuevas tecnologías, se realiza por “videoconferencia”. Hasta hace poco, hasta hace una manchada de años, algo inimaginable.

Pedro Sánchez (Psoe), Santiago Abascal (Vox), Ione Belarra (Podemos) y Alberto Núñez Feijó (Partido Popular)

– Podemos, un partido relativamente joven, pareciera haber comenzado su parábola descendiente. No es, me corrige si me equivoco, un partido con una estructura en todo el territorio. ¿De qué manera se inserta en el conjunto de realidades regionales?

– Uno de los factores que explicó el crecimiento de Podemos, que también es uno de los factores que ha limitado su crecimiento – precisa -, ha sido la necesidad de la periferia. Podemos necesita de la periferia. Inicialmente se definía como un partido populista: el pueblo en oposición a la casta. Esto le generó contradicciones. Se dio cuenta de que en España hablar de pueblo era complicado, porque había varios pueblos en función de las naciones. Sin embargo, fue precisamente esto lo que le permitió crecer; crecer desde el punto de vista de implantación territorial. También se dio cuenta enseguida que el territorio tenía unas necesidades autónomas: no supeditaba sus intereses a los del centro. Esto, repito, generó muchas contradicciones. En los primeros años, Podemos tiene un crecimiento muy, muy importante. De hecho, se convierte en el partido español con más miembros. Llega a tener medio millón.

Admite que al contar sus afiliados, Podemos “hace un poco de trampas porque su noción de miembro implica la ruptura del criterio clásico de membresía de partido: el pago de la cuota” Es por eso por lo que, en opinión de la politóloga, “a pesar de tener muchos miembros, la implicación real en el partido ha sido muy, muy decreciente”.

– Podemos – comenta – es un partido con una estructura muy débil. Ha supeditado su desarrollo a los intereses del centro y, en particular, a los de sus líderes. ¿En cuál partido se hace una consulta sobre la vivienda de su dirigente? Pues, Podemos es un partido de naturaleza muy personalista, sin una estructura tradicional, clásica. Lo mismo le puede pasar a Yolanda Díaz y a Sumar. Creo que Yolanda Díaz está siguiendo los mismos pasos, pero con una diferencia: viene de la periferia. Es una diferencia sustancial. Ella viene de Galicia; pero no del mundo de la izquierda nacionalista. Viene de la izquierda tradicional. A lo mejor ha aprendido de la enseñanza de Podemos y se está sustentando exactamente de la misma manera en las periferias. Incluso en “Más Madrid”, que puede ser considerada, en cierta medida, una formación de ámbito no estatal, madrileño.

– Sin embargo, Yolanda Díaz, antes de lanzar oficialmente su candidatura y Sumar, estuvo en las provincias tratando de crear una estructura que se basara en los partidos regionales… En fin, tratando de construir, no sé si estoy en lo cierto, una red nacional…

– Es lo que llamó “proceso de escucha” – afirma -. Intentar establecer complicidades con estructuras ya existentes. Posiblemente ella ha entendido la necesidad de que sea una relación de simbiosis.

La radiografía política

Las encuestas, a veces, pueden ser engañosas. Se prestan a muchas interpretaciones. Como botón de muestra, los sondeos del CIS y los de otras agencias demoscópica. Las diferencias entre uno y otro suelen ser enormes. Por eso, los expertos más que a los sondeos en sí, se fijan mucho en los que definen las “tripas”. Es decir, los datos en “brutos” que luego se interpretan para deducir una conclusión. De ahí pueden surgir elementos interesantes. Preguntamos a nuestra entrevistada:

– En su opinión, haciendo un ejercicio especulativo, ¿cuál podría ser la radiografía política de España después del 28 de mayo?

Nos dice que le cuesta mucho dibujar un bosquejo de la España política que podría emerger de la cita electoral “porque el sistema político hace que pueda darse la circunstancia que quien gane las elecciones no sea quien acabe gobernando”.

– En manos de quién caigan las comunidades dependerá de la aritmética – explica -. Lo que sí está claro es que se configuran dos grandes bloques. Por un lado, el PP y Vox. Si pueden pactarán. Por el otro, el Partido Socialista y las diferentes “izquierdas”, sean estas nacionales o regionales. En otros momentos de la historia, el Partido Popular también se apoyó en algunos partidos regionalistas. En este caso, los que han sobrevivido, los que se mantienen están mucho más cerca del Partido Socialista. No me atrevo a especular. Insisto, tal y como está ahora la situación, no hay la percepción ni de una ola de cambio, ni de fortaleza del Partido Socialista. Puede haber una situación de equilibrio. Esto, de cara a las elecciones generales, permitirá mantener las expectativas muy abiertas.

– Los partidos del “status”, en algún momento de su historia, dejan de entender los cambios de la sociedad. Por eso desaparecen o dan lugar a otros… Ha pasado en Italia, a raíz del “tsunami” provocado por el proceso judicial conocido con el nombre de “Mani Pulite”. Ha pasado en Venezuela donde la crisis de los partidos ha permitido que se gestase el fallido “golpe” del teniente coronel Hugo Chávez Fría quien, a la postre, se hizo del poder. En España, en cambio, el Psoe, partido cuya fundación se remonta a 1879; y el Partido Popular, que nació en 1989 de las cenizas de Alianza Popular, parecieran sobrevivir al desgaste del tiempo. No podemos decir lo mismo de los partidos con una historia más reciente. Están en crisis. Es el caso de Ciudadanos, que en estas elecciones posiblemente desaparecerá de la geografía política nacional; y de Podemos, que no pareciera pasar por su mejor momento. ¿Por qué?

Astrid Barrio es profesora titular de Ciencias Políticas de la “Universitat de Valéncia” y miembro del equipo de intelectuales encargados de construir una propuesta de “Acuerdo de Claridad”

– A ver… Creo que hay que tener en cuenta algunos factores – explica -. En primer lugar, en España los grandes partidos tienen estructuras sólidas. Además, tienen distintos niveles de ocupación del Estado. Los partidos viven prácticamente del Estado, colonizan el Estado. Este sería el primer factor. Luego vienen los incentivos que el sistema da a los partidos para que puedan sobrevivir. Y, al final, hay otro factor: los errores garrafales, monumentales que han hecho los nuevos partidos. Ciudadanos es uno de los grandes misterios de la vida política contemporánea. Es un partido que lo pudo tener todo y que decidió renunciar a ello. El electorado percibe la utilidad o la inutilidad de las opciones políticas. Podemos, me atrevería a decir, va de camino a que le pase lo mismo. Resulta incomprensible la posición de Pablo Iglesias. Siendo líder del partido, siendo vicepresidente del Gobierno, abandona estas responsabilidades porque, en el fondo, le gusta más el activismo o tener un programa de televisión. La frivolidad que traslada esta imagen es enorme y pasa factura. Unos han sabido retener los resortes del poder y otros se han equivocado. No han conseguido erigirse como una alternativa creíble.

– ¿Y el caso de Vox? También es hijo de esta transformación. Comenzó a gestarse en 2015… también por descontento…

– Sí, Vox también es hijo del descontento – coincide -. Por tanto, es hijo de la ola de nuevos partidos. Igual que Ciudadanos, que pasa de la política catalana a la política española en 2013; Vox se funda en 2013 con una agenda política bastante liberal, desde el punto de vista económico; con una agenda regeneracionista. Critica la corrupción del Partido Popular y también la gestión de la política antiterrorista. Lo hace a pesar de que ETA, en 2011, ya había depuesto las armas.

Comenta que la formación de extrema derecha no logra representación en 2015. Otorga importancia particular a la secuencia de los hechos.

– Vox accede en las elecciones andaluzas de 2018 – afirma -. Son las primeras después de la crisis catalana y de la salida del Gobierno de Rajoy, como consecuencia de la corrupción. Es decir, se beneficia de dos momentos fundamentales, sin los cuales seguramente no sería nada. Vox era un partido muy minoritario, con apenas militantes hasta septiembre de 2017. La duda, ahora, es si Vox será capaz de mantenerse a lo largo del tiempo o si, por el contrario, seguirá la senda de Ciudadanos y Podemos. Estos son partidos que aparecen como consecuencia de un evento y, superado ese evento, les cuesta mucho mantener la continuidad.

Subraya que “en España existe un electorado permeable al discurso de Vox”. Y ese electorado, hasta 2015, “se había quedado en el Partido Popular”.

– La cuestión – continúa – es si ese electorado se mantendrá en el Partido Popular o, por el contrario, migrará hacia Vox. Otra cuestión importante: algunas encuestas, en Cataluña ha sido muy claro, empiezan a detectar un viraje ideológico de los más jóvenes. Parecieran tener una visión más conservadora. Podrían ser más proclives a votar por Vox. De momento, es un misterio. Mi opinión es qué Vox ha comenzado un ciclo descendente. El hecho de que en Andalucía no haya tenido buenas expectativas y que en Castilla y León haya cometido errores importantes puede pasarle factura. Sin embargo, no se puede descartar que redimensionado, quizás más pequeño, llegue a tener un espacio político. Y a complicar mucho la gobernabilidad al Partido Popular.

Distensión en Cataluña

Después de un largo período de tensión política, pareciera que Cataluña esté viviendo una nueva etapa de tranquilidad y aparente calma. Por eso, preguntamos:

– ¿Cómo ha afectado al movimiento independentista la política de acercamiento, de distensión del presidente Sánchez? ¿Y en qué medida favorece Esquerra Republicana?

– La situación se ha relajado muchísimo – admite Barrio -. Los indultos han suavizado sin duda la situación. Por supuesto, también ha contribuido el hecho de que haya un sector del independentismo que considera que las cosas no se hicieron bien. Y, por eso, no produjeron los resultados esperados. Es la reflexión que han hecho “Esquerra Republicana” y una parte de la militancia de “Junts per Catalunya”. Este – añade – sigue teniendo un problema muy importante: Carles Puigdemont. Es un elemento de desestabilización de la vida política española. Otros factores para tener en cuenta son los indultos.

Admite que “la revisión del Código Penal ha logrado suavizar algunas cosas”; sin embargo, precisa que “todavía está pendiente el juicio al ‘tsunami democrático’”.

– Este – nos dice – puede volver a generar una ola de movilizaciones. Por ejemplo, si acabasen en la cárcel algunos diputados de “Esquerra Republicana”. Sería un golpe muy duro para “Esquerra Republicana” y para el Partido Socialista. Demostraría que algunas de sus medidas más arriesgadas no dan los resultados deseados. “Esquerra Republicana” se va a sentir engañada y “Junts per Catalunya” podría aprovechar para afirmar que han pactado a cambio de nada. Si añadimos la hipótesis de que esto podría producirse con un Gobierno del Partido Popular y Vox, los resultados pueden ser bastante imprevisibles. Con esto quiero decir que la situación está desinflamada pero no resuelta.

Un “test” para las generales

Politólogos y duchos en la materia consideran que la cita del 28M podría ser una prueba para las generales. Dicho de otra manera, un laboratorio para entender las tendencias del electorado en vista de las generales. Barrio concuerda. En su opinión las municipales y autonómicas “darán pautas”. Sin embargo, aun así, no considera que sean determinantes.

Pedro Sánchez, Secretario General del Psoe y presidente del Gobierno

– Quedan muchos meses – explica -, pueden pasar muchas cosas. Habrá que ver qué mayorías se configuran. El resultado de las elecciones del 28 de mayo será importante. Sin embargo, más importante será qué gobiernos se formarán y cómo los partidos y la opinión pública interpretará quién ha sido el ganador y quién el perdedor. Sería muy cuidadosa con la idea de la primera vuelta. Son muchas las variables en juego. Es muy difícil, a menos que, insisto, el PSOE mantenga todas sus posiciones y el PP no crezca o, por el contrario, que los populares arrasen. Si se da una de estas dos circunstancias, y las encuestas por ahora no lo indican, entonces sí que sería una primera vuelta. En mi opinión, no vamos a salir de dudas.

Nuestra entrevistada considera que será importante observar cómo los partidos llegarán a las generales.

– El Partido Socialista – asegura – es el que lo tiene más fácil. En cambio, dependiendo de lo que pase a nivel nacional y, en particular, de cómo gane Díaz Ayuso, el Partido Popular podría verse en dificultad o no. Habrá que ver si se impone el alma de Núñez Feijóo o si triunfa la de Díaz Ayuso. También será importante observar los resultados de Podemos con respecto a Yolanda Díaz y quien obtendrá más votos entre “Esquerra Republicana” y “Junts Per Catalunya”. Creo que un buen resultado sería que “Junts” pudiese recuperar la Alcaldía de Barcelona. Le daría un incentivo para la moderación. Y esto, en clave de gobierno, de gobernabilidad tendría implicaciones. Quiero decir que las municipales y autonómicas no determinarán el resultado; pero sí cómo competirán los partidos en las elecciones generales.

Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular

– ¿Cómo afectaría la candidatura de Feijóo de tener que pactar en muchas Alcaldía, en muchas Comunidades, con Vox? Los “barones”, los candidatos regionales del Partido Popular quieren gobernar, poco les importa si tienen que hacerlo con Vox. En el Partido Popular conviven dos almas, la de Núñez Feijóo y la de Díaz Ayuso. ¿No cree que de obtener en las municipales y autonómicas resultados pocos satisfactorio los Populares podría optar por la presidenta de Madrid como candidata en las generales?

– Es casi una ley de la Ciencia Política: los partidos que aparecen divididos, peleados o con discrepancias internas son penalizados electoralmente – explica -. Por lo tanto, el Partido Popular debería vigilar mucho el exhibir una división, un cambio interno importante a pocos meses de las elecciones. Es una jugada muy arriesgada. Está claro que Núñez Feijoo – añade -tiene una estrategia orientada más hacia el espacio del centro, que es al final donde se ganan las elecciones. Díaz Ayuso, en cambio, tiene una estrategia más centrífuga para contener Vox. Está por verse qué pasa en la Comunidad de Madrid. Algunas encuestas indican que Ayuso podría acabar dependiendo de Vox.

En opinión de Barrio, el mejor escenario para Núñez Feijóo es que Díaz Ayuso, “incluso con su planteamiento, no sea capaz de contener Vox”. Admite que los populares tienen a dos líderes con visiones distintas. Y esto complica trazar estrategias.

–  El reto – continúa – es que sea capaz de integrar a los dos, contener las fugas hacia Vox y, a la vez, competir por el centro. En los últimos años, en la política española hemos visto de todo. No voy a decir que no puede darse la circunstancia de la sustitución del líder a pocos meses de las elecciones. Sin embargo, me cuesta imaginarlo. Además, Díaz Ayuso es Madrid, pero España es mucho más que Madrid.

Concluye señalando que “un cambio de esta naturaleza seguramente produciría una gran desafección, una gran desmovilización de muchos sectores del Partido Popular”.

– Veo esta jugada muy, pero muy arreglada – confiesa.

Mauro Bafile