España, Paloma Esteban: “Vox, una moción de censura para recuperar protagonismo”

Paloma Esteban
Ramón Tamames, el 21 de marzo expondrá su alegato contra el gobierno del presidente Sánchez

MADRID – El foco mediático; recuperar el protagonismo extraviado. Ese, y solo ese, en opinión de Paloma Esteban, el objeto de la moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que Vox registrara a destiempo. Decimos, a pocas semanas de la elecciones autonómicas y municipales y a apenas un puñado de meses de las generales.

– Vox está de capa caída. Desde los resultados en Andalucía, con Macarena Olona, llevan asumiendo el desgaste. Están muy preocupados. Es un año electoral y, en Vox, se dan cuenta de que no tienen peso alguno en el Congreso, aunque sean la tercera fuerza política. Más peso tienen partidos más pequeños, socios del Gobierno. Por ejemplo, PNV y Esquerra Republicana – Paloma Esteban es de hablar ligero, ágil y, sobre todo, diáfano. Es periodista y analista del acontecer político nacional. No hay que dejarse llevar por las apariencias. Su juventud esconde una larga experiencia en periodismo político, antes en el diario “EL Confidencial” y, ahora, en “El Periódico de España” del grupo editorial “Prensa Ibérica”.

– Como ya fue derrotado en una moción de censura – continúa -, Santiago Abascal no quiere volver a dar la cara. Por eso, comienza la búsqueda de un candidato independiente para encabezar la moción. Ramón Tamames – reconoce – fue un hombre muy importante en la época de la “Transición” y un economista muy relevante en España. Era comunista. Su viaje político ha sido muy extraño.

– Pareciera que Vox estuviera utilizándolo…

– Estoy de acuerdo – coincide acompañando sus palabras con un leve movimiento afirmativo de la cabeza -. Pero él tiene mucho ego. Y no pareciera sufrir mucho al tener ese protagonismo. Sorprende el tour que hizo en televisoras y periódicos, aun antes de que se anunciara formalmente el acuerdo con Vox. Creo que se han juntado el hambre con las ganas de comer.

Nos recuerda que en España la “moción de censura está pensada de manera constructiva”. A saber, si quien la presenta gana, es automáticamente presidente del Gobierno.

– La moción no va a prosperar, lo sabemos – subraya -; pero si lo hiciera Tamames sería presidente del Gobierno, no es cosa menor.

– No es un hombre de partido. No tiene compromisos. Si quisiera, podría darle la espalda a Vox.

– Podría… podría hacer lo que le venga en ganas – comenta, para luego lamentar “el uso banal de una herramienta muy importante” presente en la Constitución -. No pretendo restarle legitimidad – matiza -; pero sí creo que se espera que los partidos políticos actúen con responsabilidad.

El “Caso Mediador”

La conversación se desarrolla en un local típico madrileño, entre el sonido propio del chocar de platos y tazas y el no menos inconfundible murmullo de los clientes, roto de vez en cuando, por una exclamación muy coloquial o una sonora carcajada. En su mayoría son turistas deseosos de perderse en las callejas del Barrio de las Letras, de visitar el “Museo del Prado” o de mezclarse con la multitud que llena la Plaza Puerta del Sol.

La oscura trama del “Caso Mediador”, a pocas semanas de una cita electoral muy importante para el Gobierno y para la Oposición, también es argumento de debates. El Psoe se defiende, el Partito Popular ataca y otros buscan pescar en rio revuelto.

Esteban no tiene duda, “es un caso muy perjudicial para el Psoe; lo es porque tiene ingredientes que afectarían a todo el mundo”. De hecho, su trama, como en las mejores novelas policiales, incluye corrupción, chantaje y política. Todo sazonado con su buena dosis de prostitución y droga.

– Es especialmente dañino para un partido de izquierda; y más para el Psoe que mantiene una lucha por la bandera del feminismo – nos dice -. Casos como este, en el cual destacan conductas tan poco éticas, tan de otras épocas, a nivel de imagen tienen un coste muy elevado.

– Hay que reconocer que el Psoe actuó con rapidez. Expulsó al diputado involucrado. No se puede decir que los populares, en los casos de corrupción en los cuales se han visto involucrados, hayan actuado con el mismo celo.

– Es verdad, el Psoe ha sido muy listo – admite -. Se ha dado cuenta de que no podía permitirse otra cosa. Pero tampoco creo que haya que darle un premio por expulsar a alguien envuelto en una historia tan turbia. ¿Qué puede afectar más aun electoralmente? Pues, que se descubra que la trama no se circunscribe a Canarias; que se extiende a otros diputados y otros territorios. No es igual una cosa que otra.

– Se habla de cenas a las que acudieron algunos diputados socialistas…

Le resta importancia. Explica:

– Los congresistas, en especial los que no son de Madrid, a menudo salen juntos. No tienen a sus familias aquí. No tienen a nadie. Así que quedan entre ellos. ¡Hombre! Estamos de acuerdo en que no es lo mismo sentarse a cenar, si no sabes que tienes delante o a tu lado a una persona cuyo comportamiento, cuya conducta… Así que, si pueden perimetrar el caso a Canarias, el daño va a ser indudablemente menor. Ahora, daño va a haber, sí o sí. Hay que tener en cuenta que estamos en un año electoral muy importante.

– Pareciera muy oportuno que a pocas semanas…

– Sí, a pocas semanas – comenta -. Es lo que te digo. Además, sale a la luz en un momento muy, pero muy duro para el Gobierno, en el ámbito del feminismo. Sabemos que, a veces, coinciden circunstancias que nada tienen que ver las unas con las otras.

Considera que “va a ser muy difícil que la opinión pública logre discernir”. Y subraya que el gobierno está inmerso en una crisis profunda por la polémica, desatada por la “Ley sobre el sí es sí”

La Ley de Libertad Sexual

Ha sido una reacción instintiva. Su sola mención tuvo el poder de torcer el rumbo a la conversación. Y sí, por culpa nuestra. Asumimos toda la responsabilidad. En nuestra defensa podemos alegar que la “Ley sobre el sí es sí”, desde hace semanas, está en el ojo del ciclón; y que la coalición de gobierno, a lo largo de su convivencia tormentosa, nunca había estado tan cerca del divorcio, para regocijo de la Oposición. El gobierno del presidente Sánchez, en los pocos más de tres años en el poder, ha tenido que sortear un sinfín de dificultades. Como un junco, supo resistir a tempestades y vendavales. Y, en el mientras, lograr que se aprobaran tres presupuestos y unas 200 iniciativas. Sin embargo, con la “Ley sobre el sí es sí”, con la “ley estrella” de la ministra Irene Montero, ha sido distinto. Lo ha sido porque nunca antes la fractura entre los dos socios había sido tan evidente y profunda. Tampoco los reproches y acusaciones recíprocos habían sido tan duros, tan agresivos y con tal carga de provocación.

Irene Montero, ministra de la Igualdad

– La Ley de Libertad Sexual ha sido respaldada por la mayoría de la investidura. Nadie se dio cuenta de sus fallas. Llama la atención la insistencia con la cual la ministra de Igualdad, y el partido Podemos, se oponen a su reforma. Es verdad que la filosofía, la esencia de la ley no va alterada; pero también lo es que hay que corregir las fallas. ¿Por qué ese empeño de Irene Montero y Podemos en oponerse?

– La Ley – nos dice – salió adelante con el voto de muchos grupos políticos. Algunos, socios habituales del gobierno; otros, como Ciudadanos, de centroderecha. En honor a la verdad – precisa justamente -, el primer partido de Oposición, el Partido Popular, advirtió sobre lo que iba a pasar. Lo hizo en algunas comisiones donde se ha tramitado la Ley. También hubo avisos de muchos organismos que, cuando se tramita una reforma que implica el Código Penal, son llamados a dar su opinión. Lo advirtieron el Consejo General del Poder Judicial y también algunas asociaciones feministas. Creo que un gran error de la ministra de la Igualdad, y esto puede sonar muy duro, fue no haber hecho más pedagogía. Otro error fue asegurar que no iba a haber rebajas.

– Las Leyes se interpretan…

– En mi opinión – continúa -, tendría que haber puesto en valor los aspectos positivos de la Ley, que son importantes. Empezando por la filosofía que la motiva.

Nos dice que la “Ley sobre el sí es sí incorpora muchas novedades”. Entre ellas, la formación de Jueces y Fiscales, así como el derecho de la mujer a la asistencia psicológica en la Sanidad pública. Insiste en que “la ministra de la Igualdad tenía que haber explicado, desde un principio, que cuando se hacen reformas pasan cosas como las que están pasando”.

A veces, acompaña las palabras con movimientos de las manos, como si quisiera imprimirle más fuerza. Las palabras fluyen aceleradamente sin atropellarse, sin empujarse unas con otras. Es serena en sus apreciaciones y precisa en sus argumentaciones. A veces, se explaya en sus análisis; tal vez por temor a no haber sido suficientemente comprensible.

  – En otros Países, las conquistas sociales de España, como la “Ley Trans”, el salario mínimo… son analizadas con atención y envidia. Son iniciativas que repercuten en el bienestar de la población. Y, sin embargo, esos aspectos positivos no se reflejan en las encuestas sobre la intención de voto. ¿Por qué?

 

– El Psoe está estancado, es verdad; y no deja de sorprender – admite -. El propio gobierno se pregunta ¿por qué? Dice: “Estamos gestionando bien. Los datos económicos de España, a pesar de no haber recuperado aún algunos niveles prepandemia, están muy lejos de la recesión. El fantasma de la crisis, que auguraban algunos, se ha dejado atrás. Y, a pesar de eso…

– El Partido Popular, su presidente Alberto Nuñez Feijóo ya no hacen tanto hincapié en la crisis económica…

– No lo hacen porque no pueden – nos dice -. Repito, el propio Gobierno se pregunta: “si estamos gestionando bien; si estamos mejorando en ámbitos como la economía, que normalmente se asociaba a la derecha; si, además, estamos mejorando en aspectos que benefician directamente a la clase media y a la gente que más lo necesita, ¿por qué no nos cunde? ¿Por qué la gente no lo valora?” Creo que mucho tiene que ver con la imagen. En concreto, con un desgaste de la figura del presidente del Gobierno.

– Casi cuatros año al poder, acompañados de una campaña de descrédito continua, desgastan. Es normal.

– Es verdad – reconoce -. Sin embargo, al analizar los gobiernos anteriores, los de los presidentes Rajoy, Zapatero e, incluso, Aznar y González, nos damos cuenta de que el desgaste se manifestaba en la segunda legislatura. Con Pedro Sánchez no es así… tomando en cuenta que la primera legislatura fue de muy, muy  breve duración.

– Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo: una pandemia, la erupción de un volcán, la guerra… Falta solo que nos caiga un meteorito…

– La política evoluciona y la sociedad cambia en su manera de percibir la política; pero, es innegable que hay un desgaste – afirma -. No tanto del gobierno de coalición como de la figura del presidente. En parte, es una crisis de credibilidad. Al inicio de la legislatura, por ejemplo, insistió en que no pactaría con Podemos. Esa retórica le ha pasado factura. Además, es justo reconocer que ha asumido en primera persona la responsabilidad de los pactos con los independentistas, el tema de los indultos…

– Ha logrado que en Cataluña se respire un clima mejor…

Reconoce que, en efecto, así es. Pero observa que las encuestas reflejan la opinión pública. Sugiere:

–  Si tu gestión te avala, si has tomado decisiones que son coherentes con la línea de tu partido y con la de Podemos, si has mejorado la vida de la gente; solo queda una explicación: la crisis de credibilidad.

Recomienda leer con atención las “tripas” de las encuestas que, nos dice, además de la intención de voto recogen “datos muy interesantes”. Y añade:

– Pedro Sánchez, por circunstancias distintas, genera mucho entusiasmo en los suyos; pero también un rechazo enorme en un sector muy amplio de la sociedad. Eso no pasa con Yolanda Díaz; tampoco con otros ministros socialistas. En un Gobierno de coalición, con una orientación presidencialista muy marcada, eso afecta mucho.

– En una coalición debe haber una personalidad capaz de tener el pulso y ejercer su rol.

– Y lo ha ejercido- reconoce -. De ahí, ese rechazo. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, al contrario de Sánchez, no inspira pasiones. Tampoco, animadversión. Y, en política, cuenta mucho, mucho, mucho. Isabel Díaz Ayuso, en Madrid, genera pasiones muy fuertes en los suyos. También, un rechazo inmenso. Por eso, es muy difícil verla como una presidenta transversal, una presidenta de todos. Ayuso y Feijoo son perfiles muy distintos en un mismo partido.

A Núñez Feijóo estratégicamente le conviene tener un elemento como Ayuso. Le permite mantener la imagen de moderado, seguro de que Ayuso captará al sector radical que, de lo contrario, se iría a Vox…

–  Ella – afirma -se dirige al ala más dura de la derecha y él evita un discurso con el cual no se siente cómodo. En el Partido Popular los papeles están muy bien repartidos.

 Vox y el Partido Popular

Pasado, presente y futuro. El gobierno de coalición del presidente Sánchez ha inaugurado un nuevo curso político en el país. La etapa de los gobiernos “monocolor” ha sido superada y, ahora, a los grandes partidos queda solo la opción de las alianzas. En eso están el Psoe y el Partido Popular. Los socialistas no la tienen tan difícil. Les basta con reeditar la coalición de investidura. Para los populares el panorama se presenta más complicado. A raíz de la crisis de Ciudadanos, la alianza con Vox, el partido de ultraderecha, pareciera inevitable. Una alternativa que no gusta. Cuando menos, no a todos. Por eso, Núñez Feijóo, cada vez que puede, pide al electorado que le permita gobernar en solitario, a sabiendas que es una quimera. Pero ya se sabe, la esperanza es lo último que se pierde.

– Será muy interesante lo que pase en las elecciones de mayo – explica Esteban -. Para Feijóo será un problema muy grande tener que aceptar pactos con Vox.  En especial, si resultan ser muchos. Los líderes regionales y locales quieren gobernar. Y si toca con Vox, será con Vox. ¿Qué pasará si al final el Partido Popular necesitará de la extrema derecha en un 80 por ciento de los municipios? Se desmonta su discurso de cara a las generales. En mi opinión, lo que pase en mayo es clave para el Partido Popular.

Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular

Confiesa que su percepción es que en Génova han inflado mucho las expectativas. Sugiere la posibilidad de que el Partido Popular, más allá de mantener Madrid y Murcia, podría obtener resultados decepcionantes.

Madrid es la “joya de la corona”. Isabel Díaz Ayuso confía en un triunfo demoledor. También ella sueña con la mayoría absoluta, para seguir gobernando sin contratiempos. Hace tan solo unas semanas, nadie, o pocos, dudaban de que pudiera lograrlo. Ya no. Ahora es todo lo contrario. Decimos, nadie, o pocos, creen que pueda lograrlo. Responsable de este cambio de opinión, la “huelga de las batas blancas”. Las protestas de los médicos y enfermeras de la atención primaria de la Sanidad pública han erosionado la imagen de la presidenta de la Comunidad. Ella denuncia el carácter político de la protesta. Mas, es difícil negar lo que está a la vista. La Sanidad pública, en Madrid, está enferma.

Esteban confiesa que le sorprende que el equipo de Ayuso insista en afirmar que la “huelga de las batas blancas” y sus marchas multitudinarias no “van a tener efectos electorales”. Descarta a priori que existan riesgos de que no pueda revalidar el gobierno. – Lo hará sin duda alguna, pero sin alcanzar la mayoría absoluta. ¿Cuál es el problema de Ayuso? – se pregunta, para de inmediato explicar:

– En mayo de 2021, consiguió una cosa muy loca: que un elector de izquierda votara por ella. En un contexto de pandemia, hizo una política aperturista que rindió sus frutos. Ahora va a perder ese voto. Y lo va a perder por dos razones: porque quienes, en ese momento, la votaron por una situación sentimental ya han vuelto a su ser; y porque también se votan los alcaldes. Es difícil que, en una comunidad como Madrid, votes al alcalde socialista de tu pueblo y cojas al mismo tiempo la papeleta de Ayuso para la Comunidad. El elector no funciona así.

– Sería juntar el diablo y el agua Santa…

– Ayuso tiene ese problema – asegura -. Le va a costar mucho llegar a la mayoría absoluta. No creo que lo consiga, como hizo Juanma en Andalucía.

–  Pero las condiciones eran distintas…

–  Sí, lo reconozco

– Tendrá que pactar con Vox. Y en esta ocasión, cederle una parcela de poder…

– Por supuesto, tratará de evitarlo – comenta -. Va a ser muy difícil. Vox ha aprendido la lección. La dejó gobernar. Y ella les ha comido mucho terreno. Vox, en mayo, va a ser muy peleón.

– Ya lo ha demostrado al no aprobarle la Ley de Presupuesto.

– Ha sido un aviso al navegante, en toda regla.

– En Castilla y León, el vicepresidente Juan García-Gallardo, ya ha demostrado de lo que son capaces.

– Es sorprendente porque es una persona muy joven – comenta -. No sé cómo pueda asumir posicionamientos tan conservadores, tan arcaicos. Me sorprende mucho que una persona de unos 30 años pueda pensar así.

Sumar y Yolanda Díaz

Se acaba el tiempo. Podemos apura. Yolanda Díaz frena. Sumar, ese contenedor transversal progresista que la presidenta está construyendo, debería ver la luz próximamente. Podemos urge para lograr un acuerdo mínimo sin más dilaciones. Teme que la estrategia de Díaz sea ganar tiempo para restarle poder de negociación a los morados.

Díaz quiere evitar que Sumar se transforme en una simpe agregación de siglas. Aspira a que sea más, mucho más que eso y, sobre todo, que el mundo progresista se sienta representado. Esteban considera que el tiempo apremia.

– Todavía hay muchas incógnitas por resolver – nos dice -. Creo que Yolanda Díaz se está equivocando al tardar tanto en desgranar el proyecto

– ¿Por qué?

– Estamos en un momento en el cual la izquierda está más desmovilizada que la derecha – explica -. Sería bueno que, aun sin participar en las elecciones regionales, proyecte ya su plan al electorado. Y les dé tiempo para movilizarse, para que la izquierda vuelva a creer, para que se de cuenta de que Sumar es algo diferente. España, ya no digo a nivel ideológico, es un país conservador. No creo que haya sido tan buena idea limitarse todo este tiempo a meros anuncios. Tenía que haber comenzado hablando con Podemos – añade -. Ni un solo voto puede ir a la basura. La izquierda no se lo puede permitir. Ya ves lo que ha pasado en Andalucía, por dejar la negociación para el último minuto. Mucha gente piense que Yolanda Díaz y Podemos son lo mismo. No es así. Tienen estructuras políticas distintas; tienen que llegar a un acuerdo.

– Hay una rivalidad evidente entre Díaz y Podemos… Pablo Iglesia se retiró de la política activa y, sin embargo, pareciera como si nunca se hubiese ido. Consciente o inconscientemente sigue condicionando mucho las decisiones de su partido.

– Hay que trasladarle ya al electorado que va a tener opciones – insiste Esteban -. La gente de izquierda puede tener miedo de que su voto al final se vaya a la basura. Díaz tiene que asegurarle de que no será así. Tiene un capital político muy importante. Su marca personal es muy fuerte.

El giro a la izquierda de Sánchez

El estreno inminente de Sumar coincide con otro acontecimiento: la no menos inminente desaparición de Ciudadanos. Pocos creen que la tolda naranja pueda sobrevivir a la crisis. Y Esteban no se cuenta entre estos. Lo manifiesta sin medias tintas. Considera que el presidente Sánchez hizo bien en no dejarse engañar por el canto de las sirenas. Decimos, por quienes pensaban que mantener un discurso ambiguo permitiría atraer parte del electorado de la tolda naranja. Sánchez se ha decantado por vender el Psoe por los que es: un partido de izquierda que reivindica sus orígenes. Ningún golpe de timón, el Psoe tiene su norte.

Lo más probable es que Ciudadanos muera en este ciclo electoral – comenta -. No creo que pueda resistir. Ciudadanos, desde que dio el salto nacional, ha sido un partido de centro derecha. No de centro izquierda, ni de centro.

– Nació como un partido nacionalista catalán, liberal… Hasta ayer se definía un partido de centro. ¿Por qué crees que su camino se torció?

– Es verdad, era un partido catalán – nos dice -. Por mucho tiempo, se especuló sobre su orientación centrista. Pero, no. El 80 por ciento de los votantes de Ciudadanos, antes, habían votado al Partido Popular. Sánchez supo leer bien. Y, en el último año, dio un giro a la izquierda, hacia su electorado natural. No se ha creído el humo que le vendían. Ciudadanos es un partido de centro derecha y de derecha liberal. ¿Te he dicho el 80 por ciento? Pues, voy a ir a más. Creo que el 90 por ciento del electorado se irá al Partido Popular. Ciudadanos desaparecerá. La decisión de Sánchez, en mi opinión, fue un acierto. Y sí, fue valiente. Dijo no. Dijo: “El Psoe no es esto; mi electorado no es este y, sobre todo, yo no soy eso”.

– Y lo dijo teniendo una izquierda a su izquierda…

–  Totalmente de acuerdo.

– ¿Tendrá el PSOE oportunidad de morder al electorado de Podemos?

– Importante es ver cómo quedarán Yolanda Díaz y Sumar. Hay que ver realmente si consigue llegar a un acuerdo con Podemos. Yolanda Díaz tiene una marca personal tan fuerte que hay gente que es “yolandista”.

– Sin duda es muy hábil, muy buena negociadora. Ha logrado sentar a la patronal y a los sindicatos en una misma mesa. No es algo fácil.

– Por eso digo que hay mucha gente “yolandista” – insiste -. Es una mujer con perfil propio.  Creo que muchos la apoyarán por lo que ella representa.

– Por su personalidad…

– Sí, pero también creo que el electorado de Podemos, la penaliza – añade -. ¿Por qué no decirlo? Pablo Iglesias se lo ha puesto muy difícil. Creo que él ha ahondado en un enfrentamiento contra ella. Y veo muy probable que los electores de Podemos, que nunca votarían a Yolanda, decidan sostener a Pedro Sánchez. Eso lo veo posible. Pedro Sánchez sí puede morder una parte del electorado de Podemos.

– Y los demás partidos?

– Creo que van a mantener la misma fuerza – afirma -. En las últimas legislaturas, hemos visto que no ha habido grandes cambios. Quizás haya un poquito de crecimiento. Hablamos de uno o dos escaños. PNV y EH Bildu, por ejemplo, compiten en el País Vasco. Son dos partidos que apoyan al Gobierno de Sánchez.

Precisa que, en el País Vasco, en mayo, no hay elecciones regionales, “pero sí las hay en los ayuntamientos”. Y su percepción es que EH Bildu está experimentando un crecimiento importante.

– Es verdad – admite -, en sus filas hay gente como Otegi, gente que formó parte de ETA; pero también lo es que está integrado por dirigentes de la izquierda vasca que nada tienen que ver con Eta. Han frenado muchísimo a Podemos y al Partido Socialista de Euskadi. Es decir, muchísima gente de izquierda, en el País Vasco, vota Bildu.

– En contraste con PNV que es centroderecha…

– Es la derecha – concluye sonriendo -. Me hace mucha gracia cuando hablamos del bloque progresista al gobierno. PNV, Junts son de derecha. Junts, sobre todo, es una derecha tremenda.

Mauro Bafile