MADRID – Ninguna sorpresa. En honor a la verdad, poco dudaban de la decisión de la Unión Europea. Decimos, había la seguridad de que daría luz verde, como ha sido al final. Bruselas aprobó el desembolso de seis mil millones de euros, el tercer pago de los fondos europeos. Estos se destinarán al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La vicepresidenta Nadia Calviño recibió con satisfacción la noticia. No podía ser de otra manera. Y afirmó que la decisión de la Unión Europea refleja la confianza de Europa hacia España y confirma que el país “está cumpliendo el calendario de hitos y objetivos”.
España es el primer país en recibir el “ok” de la Unión Europea a la solicitud que cursara en noviembre. Los seis mil millones de euros se suman a los 31 mil millones que España ya ha recibido. Estos incluyen los 9 mil millones de adelanto.
La reforma de la Ley de Insolvencia, la modernización del sistema de formación profesional y las medidas de promoción de renovables eran algunos de los requisitos indispensables para que la Unión Europea pudiese liberar los fondos.
El tercer desembolso permitirá realizar nuevas inversiones en áreas fundamentales como la modernización del aparato productivo y la introducción de las nuevas tecnologías. Y llega a la víspera de un importante proceso electoral en el cual el Gobierno de coalición se juega, en parte, su futuro. El gobierno, de acuerdo con los duchos en la materia, ha apostado en los reflejos económicos positivos que se derivan de las inversiones realizadas. En especial, en el ámbito social.
¿De nuevo al punto de partida? Así pareciera. España, después de una extenuante acción diplomática, había logrado convencer al partner francés. Y alcanzar un acuerdo sobre la interconexión entre Barcelona y Marsella para el transporte del hidrógeno verde. La firma del acuerdo, hace cuatro meses en Barcelona, representaba el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre los dos países mediterráneos y el acta oficial de defunción del MIDCAT, el polémico gasoducto pensado para dar respuestas a coyunturas de crisis energéticas como la que está causando la guerra en Ucrania.
Sin embargo, el escenario que condujo al acuerdo ha sufrido un cambio. La Unión Europea resolvió reconocer el hidrógeno rosa como energía verde. Y Francia vuelve a poner en discusión el proyecto. Un revés, para el gobierno socialista, que podría tener efectos políticos internos importantes, por la proximidad de las elecciones regionales y generales.
El hidrógeno rosa procede de la energía nuclear. Y Francia posee el mayor parque nuclear de Europa. Por lo tanto, no debe extrañar si ahora los transalpinos pretendan que el nuevo gasoducto funcione en ambos sentidos, como una autovía de doble sentido.
La construcción del H2MED podría causar un “impasse” diplomático entre Francia y España. El malestar expresado por la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y la respuesta del embajador francés hacen presumir que estamos a las puertas de un nuevo tropiezo difícil, pero no imposible, de resolver.
El Psoe sube, Podemos cae, el Partido Popular asecha y Vox retrocede. Un Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, de nuevo contracorriente. Y destinado a despertar dudas, cuando no polémicas.
De acuerdo con los resultados de la nueva encuesta del Cis, al Psoe se atribuye una estimación del voto del 32,1 por ciento. Le sigue muy de cerca el Partido Popular con el 29,8 por ciento. Por su parte, Vox repite con el 10 por ciento al tiempo que Podemos retrocede al pasar del 14, 2 por ciento al 12,7 por ciento.
La ministra Yolanda Díaz, con el 4,9 por ciento, es la candidata que más se acerca a la aprobación.
A.T./Redacción Madrid
