La jornada política – ¿Quién manda a quién? Las discrepancias en Génova 13

El presidente de los populares, Alberto Núñez Feijó, abraza la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

MADRID – Alberto Nuñez Feijóo lo tenía todo a su favor. Las expectativas por el mensaje, el interés despertado por los anuncios esperados y también la solemnidad del escenario: el Oratorio de San Felipe Neri en Cádiz, lugar en el cual se promulgó la Constitución de 1812, “La Pepa”. En cambio, fue un tiro al pie. De las 60 medidas contenidas en el “Pacto de Calidad Institucional”, cuyo objetivo, en las intenciones de Núñez Feijóo, es la regeneración de la democracia o, lo que es lo mismo, poner fin al «nepotismo, opacidad y arbitrariedad» del sanchismo, la que más ha llamado la atención del elector ha sido la propuesta de permitir que gobierne la lista más votada. No podía ser de otra manera, era la propuesta estrella. Sin embargo, más que por la medida en sí, lo que ha llamado la atención ha sido la pronta respuesta de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid, una vez más, se ha salido del libreto. Y ha manifestado su discrepancia del líder de los populares. En su opinión, que no hay nada malo en que no gobierne la lista más votada. ¿Podía decir otra cosa? Llegó al poder en 2019 por la vía que su líder ahora critica: un pacto de perdedores.

Descoordinación comunicativa. Y no solo eso. El mensaje enviado por el Partido Popular a los electores conservadores ha sido contradictorio. En primer lugar, las discrepancias entre Núñez Feijóo y Díaz Ayuso han puesto de manifiesto las contradicciones internas del partido. ¿Quién dicta las directrices en Génova? En segundo lugar, ¿qué sentido tiene proponer un cambio a la Ley Electoral, como hizo Núñez Feijóo, si se tiene la seguridad de triunfo? En consecuencia, cabe suponer que la partida está abierta. En tercer lugar, se torna evidente que el fantasma de Vox asusta. Es decir, Núñez Feijóo teme un escenario en el cual Vox pueda resultar decisivo para gobernar. El peligro es ser prisionero de los aliados de la extrema derecha.

Ahora Nuñez Feijó se prepara para encarar el próximo cara a cara con Sánchez. En los anteriores no le ha ido muy bien. Sánchez, con su oratoria, ha puesto de manifiesto las limitaciones del líder de los populares. Y lo ha hecho en el terreno en el cual, se supone, Núñez Feijóo tenía ventaja: la economía.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no ha tenido un buen día. La cita en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid no ha resultado como se esperaba. Sabía que iba a pisar un territorio de alta tensión. También que habría protestas provocadas por el reconocimiento que se le otorgaría como “alumna ilustre”. Lo que no esperaba, tampoco lo esperaban los organizadores del acto, era que una estudiante, reconocida como “mejor expediente”, hiciera uso del micrófono para dar voz a la protesta, para apoyar a sus profesores y para cargar contra la presidenta de la Comunidad de Madrid. Elisa María Lozano, así se llama, fue la joven protagonista.

Ayuso como llegó se fue, entre los aplausos de quienes la defendían y los abucheos de sus detractores.

Mientras Díaz Ayuso, para bien o para mal, era protagonista de los acontecimientos en la Universidad Complutense de Madrid, el presidente del Gobierno lo era del debate en el Congreso de los Diputados. Pedro Sánchez, en una sesión maratoniana, ha ilustrado “las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania”. Sánchez, interviniendo en el hemiciclo del Congreso por voluntad propria, ha dibujado un país, España, que viaja cada vez más veloz hacia niveles económicos pre-covid. Una fotografía, la ilustrada por el presidente del Gobierno, que la oposición ha tratado de demoler.

A.T./Redacción Madrid

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