CARACAS- Para la Nutricionista, Susana Raffalli, el año 2018 ha sido una “catástrofe” en materia alimentaria, por la oferta de alimentos y la capacidad de los venezolanos de tener acceso físico y económico al alimento, explica que la entrada de remesas ha compensado un poco esto, pero lo que viene en progreso es la desnutrición, porque se profundizó la crisis de salud, tenemos un avance desmedido de enfermedades infecciosas, por la restricción del acceso a agua segura.
La especialista en seguridad alimentaria celebró la llegada al país toneladas de alimentos terapéuticos listos para el consumo gracias a UNICEF “finalmente se ha reconocido por mecanismos de cooperación y el estado, que hay un gran número de personas con necesidad de ayuda humanitaria. El Gobierno Nacional debe aprovechar los 2 años de ayuda, de lo contrario, se cerrarán las puertas de la cooperación humanitaria.
Raffalli aseguró que, los índices de desnutrición se pudieran transformar con una decisión de carácter administrativo y con políticas públicas. Para recuperar a un niño con desnutrición severa con complicaciones clínicas menores, se necesitan 6 semanas, primero hay que estabilizarlo y luego puede comenzar a ingerir alimentos.
La nutrición se fundamenta en la alimentación; el agua y estado de salud y cuidado de las personas. “lo que hemos visto en la profundización de los casos muy severos de desnutrición y en el aumento de las muertes por desnutrición es que la migración erosionó el tejido familiar que hace posible que una persona vulnerable y situación de dependencia dentro de una familia pueda ser cuidada”, Rafalli indicó que, se ha llegado a esta situación por desgaste, acumulación de privaciones y administración del país y esto ha conducido que los alimentos sean más escasos y que no hayan servicios sanitarios apropiados.
La especialista fue distinguida con el premio Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho e indicó sentirse alagada y comprometida por seguir luchando por Venezuela.
