Hoy es el Día Mundial contra la Trata de Personas. Según UNODC se considera trata el traslado de seres humanos de un lugar a otro dentro de un mismo país o en el exterior con fines de explotación sexual, laboral o para mendicidad.
Instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2013, como una de las iniciativas contempladas en el “Plan de Acción Mundial para Combatir el Tráfico de Personas”, el Día Mundial contra la Trata de Personases una ocasión para que expertos, estudiosos, políticos y periodistas se detengan en el análisis de las diferentes formas de esclavitud que, lejos de desaparecer, sigue en aumento; para que estudien soluciones que puedan ayudar a combatirla y también políticas que permitan la reinserción de las víctimas rescatadas.
Las profundas asimetrías que caracterizan las áreas del mundo, las inequidades sociales, las guerras, las migraciones, son algunas de las razones que dejan en situación de vulnerabilidad a sectores de población que son presa fácil de los traficantes de seres humanos.
Imposible saber con exactitud el número de personas privadas de libertad y obligadas a vivir y trabajar en condiciones inhumanas.
Durante el Trust Conference Americas Forum 2017, evento anual organizado por la Fundación Thomson Reuters, que reúne a centenares de delegados de todo el mundo, la directora ejecutiva Monique Villa dijo: “Algunos afirman que hay unos 46 millones de esclavos, otros 21 millones. La verdad es que no sabemos el número exacto. Podrían ser muchos más”.
Según datos de UNODC, 2.5 millones de migrantes son víctimas identificadas de la trata en todo el mundo; sin embargo, para tener un cuadro completo de la amplitud del problema, hay que estimar, por cada uno de ellos, a otros 20 no registrados.
Una tercera parte de las víctimas de trata en América Latina está constituida por mujeres.La mayoría de ellas está empleada en el mercado de la prostitución. Muchos los métodos usados para capturarlas, desde el secuestro hasta la compra-venta realizada con las mismas familias. En algunos casos las adolescentes se enamoran de sus captores quienes utilizan cada vez más las redes sociales para enganchar a niñas de clase media.Muchas se alejan voluntariamente de sus casas y, cuando se dan cuenta del engaño, ya es tarde. No logran salir del círculo de violencia y abuso en el cual entraron inocentemente.
“No hay nada más fácil que engañar a una mujer que tiene su autoestima por el suelo”, dice uno de los protagonistas del durísimo documental “Tráfico sexual – un negocio de familia”que realizaron en México Anastasia Moloney, Theo Hessing y Valeria Cardi.
Migraciones y trata muchas veces van de la mano. La falta de referencias, el desconocimiento del idioma y de las leyes, debilitan a los migrantes y los vuelven presa fácil de los traficantes.La falsa promesa de trabajos legales en los países “ricos” es el anzuelo que emplean comúnmente para atraparlos. No es difícil embaucar a quien desea salir de situaciones de pobreza extrema, abusos domésticos y guerras y sueña con un futuro mejory con un trabajo que le permita ayudar a los otros familiares. Cuando descubren el engaño ya están demasiado lejos de sus casas.
En Uganda nació una plataforma digital que se llama Wetaase, sálvame en ugandés, cuya finalidad es la de ayudar a quien es víctima de explotación durante su proceso de emigración.
Si bien la prostitución sea el destino de la mayoría de las mujeres y de los menores, la explotación laboral es otro de los aspectos de la esclavitud actual.En los campos como en las fábricas, adultos y niños son obligados a trabajar en condiciones inhumanas.
La trata de seres humanos es un negocio altamente lucrativo, tanto como el de la droga y el del tráfico de armas. Es un círculo vicioso en el cual la necesidad de unos se transforma en la riqueza de otros.
En el Trust Conference Americas Forum 2017, la socióloga y antropóloga Dennis Brennam habló de las conexiones entre migración y trata y criticó la política de tolerancia cero del Presidentede Estados Unidos Donald Trump, hacia los inmigrantes. Brennam explicó que el miedo a ser deportado agudiza la fragilidad de los inmigrantes ilegales quienes evitan denunciar violencias y abusos.Silencios de los que se beneficia solamente la delincuencia organizada.
Recientemente, con una decisión que va en contra de la más mínima humanidad, el Presidente Trump ordenó separar a los niños de sus padres, inmigrantes ilegales, en su mayoría provenientes de México y Centroamérica. Más de 2.500 niños, entre 5 y 18 años, fueron alejados de sus padres con consecuencias gravísimas sobre su psique. La oleada de protestas e indignación que provocó esta medida obligó a una marcha atrás y un juez ordenó la reunificación de las familias.
Sin embargo, al día de hoy, de esos 2552 solamente 1820 fueron entregados a sus padres y otros 378 a familiares. Faltan, para ser entregados, otros 711, algunos porque hay que confirmar el parentesco con las personas que los reclaman, otros porque los padres están enfermos o tienen antecedentes penales. Quedan 413 cuyos padres fueron deportados sin poder esperar la reunificación con sus hijos. Estamos hablando deniños que ya han tenido que superar el trauma de un viaje por la frontera y que a veces no hablan ni el español porque vienen de comunidades indígenas.
La condición de vulnerabilidad extrema en la que se encontraron esos menores, al igual de la que sufren los otros quienes llegan solos a Estados Unidos, muchas veces es aprovechada por quien utiliza a los niños para el mercado de la prostitución, del trabajo forzado y del tráfico de órganos. Es de estos días una denuncia de la revista de investigación ProPublica que alerta sobre los abusos sexuales de los que son víctimas los niños en los centros para migrantes.Según la encuesta de ProPublica la policía habría recibido al menos 125 denuncias de acoso sexual a menores, en los últimos cinco años, además de otros maltratos.También denuncia la desaparición de algunos de los niños retenidos en estos centros que dependen del ministerio de Sanidad.
Hoy es el Día Mundial contra la Trata de Personas. En este mismo momento, mientras expertos de todo el mundo analizan un drama que no conoce fronteras, mientras cada uno de nosotros está desarrollando sus actividades normales, millones de personas en todo el mundo está sometido a algún tipo de esclavitud.Parece increíble pero, lamentablemente, no podemos sorprendernos.
Si, en sociedades que consideramos democráticas y respetuosas de los derechos humanos, un gobierno puede encerrar a unos niños en unas jaulas como si fueran animalesy los custodios que deberían cuidarlos pueden abusar de ellos y maltratarlos sin pagar consecuencia alguna; si hay gobiernos que dejan sin asistencia, sin comida ni agua, en medio del mar, a miles de desesperados quienes intentan cruzar el Mediterráneo, doloroso cementerio de agua, sin que exista una ley internacional que los castigue; ¿cómo nos puede sorprender el crecimiento de un negocio tan próspero como es el tráfico de seres humanosa manos de la delincuencia organizada?
Marisa Bafile